La convocatoria que el día de ayer lanzó el Instituto Nacional Electoral INE, para integrar el Organismo Público Electoral de Coahuila, abre la oportunidad de quitar al moreirato el control de los procesos electorales en nuestro Estado.
Como es del conocimiento del público, la última reforma electoral aprobada por el Congreso de la Unión, substituyó al Instituto Federal Electoral por el INE, con la intención de hacer llegar a los Estados los avances alcanzados por el árbitro electoral en el sistema democrático a nivel federal, que a pesar de sus defectos es superior a los órganos electorales que existen a nivel local.
El propósito referido incluye el de sustraer los órganos electorales locales del control de los gobernadores, muchos de los cuales se comportan como verdaderos virreyes, en detrimento de nuestra democracia que en los últimos tiempos ha ido en retroceso.
En el caso del Instituto Estatal y de Participación Ciudadana del Estado de Coahuila, los gobernadores hermanos sucesivos Humberto y Rubén Moreira, han logrado un control absoluto sobre los nombramientos, cuerpos y almas de los Consejeros en turno, a pesar de que la voluntad de la ley es la de integrar el órgano electoral con ciudadanos independientes, libres de compromisos partidistas que les impidan actuar con la imparcialidad que la ciudadanía espera y exige.
El hecho es que en Coahuila padecemos un sistema democrático meramente formal, que encubre una dictadura populista que encabeza un autócrata experto en manipular el miedo y la pobreza como instrumentos de control en las elecciones. No existe ámbito de la sociedad que esté libre de la estructura de control que amenaza derivar en dictadura, puesto que no sólo a los electores en extrema pobreza se les seduce con una despensa o un tinaco, sino que hasta los sectores empresariales y muchos líderes de clase media son cautivos del reparto de contratos y pequeños o grandes privilegios, que van desde la concesión del alumbrado público, hasta el permiso municipal para poner un puesto de elotes en el Paseo Colón.
Por ello el cambio de estructura del organismo público electoral en Coahuila del IEPEC al INE, ofrece una oportunidad que los coahuilenses no podemos dejar pasar.
La integración ciudadana del INE a nivel local bajo los referidos principios de independencia e imparcialidad, es indispensable para lograr un proceso electoral equitativo que rompa el continuismo faccioso que padecemos e impida la imposición de un Moreira III descarado o encubierto, en las próximas elecciones locales que tendrán lugar dentro de dos años.
La adecuada integración del Organismo Público Electoral de Coahuila, no es algo que se vaya a conseguir en automático, sino que depende de la participación ciudadana, que aporte los perfiles humanos idóneos para integrar el nuevo órgano a partir del proceso de inscripción de candidatos que iniciará el quince de mayo próximo, es decir dentro de dos semanas y media.
Son siete los cargos de Consejeros o Consejeras electorales a designar en el proceso que inicia, con una duración en el puesto que va de tres a siete años, pues la ley prevé una renovación escalonada para asegurar la fuerza y la pureza de la función ejercida conforme a los referidos principios de independencia e imparcialidad y la convocatoria se encuentra a disposición de cualquiera en las oficinas y módulos del INE y en la página www.ine.mx en Internet.
Es el momento de que las universidades y demás instituciones de educación en sus diversos niveles, asociaciones profesionales, cámaras empresariales y organizaciones no gubernamentales, asociaciones de participación cívica y organismos intermedios de la sociedad de toda índole, saquen a relucir sus mejores cartas para que la ciudadanía recupere el puesto de árbitro electoral, que en Coahuila hoy día se encuentra indebidamente sometido al moreirato.