El delantero lagunero de las Águilas del América, Oribe Peralta, se siente en condiciones de entrenar con el equipo. Oribe está en condiciones de jugar
El golpe que sufrió Oribe Peralta no fue tan "grave" como para impedir que el futbolista del América se pierda los próximos partidos de su equipo, de acuerdo con un especialista médico.
"Es posible que el golpe no haya sido tan fuerte, pero sí significativo para hacerle una evaluación posterior", analiza Mario Mercader, presidente de la Asociación del Distrito Federal de Medicina del Deporte.
"Si el jugador hubiese pasado una noche en el hospital, implicaría que el jugador tuvo una lesión más importante", añade el galeno.
El "Cepillo" chocó con el guardameta de los Leones Negros en el duelo del fin de semana pasado. Una vez que terminó el encuentro, el ariete fue trasladado a un hospital, donde tuvo una revisión para descartar daños mayores.
Peralta había presentado mareos. Mercader explica que ese hecho fue porque "la magnitud del golpe pudo inflamar el cerebro y eso provoca un proceso de desorientación".
-¿Fue correcto que Oribe permaneciera en el terreno de juego, luego de sufrir el impacto?
"Como la reacción no fue inmediata, sino mediata, el golpe no fue tan fuerte. Si hubiese sido inmediata, el jugador no se recupera y ahí sí hubiera valido la pena revisarlo, sacarlo rápido del terreno de juego", considera el experto en medicina deportiva.
"Mucho lo determina las condiciones inmediatas que presente el jugador. A veces el jugador puede no presentar síntomas inmediatos, pero a la hora que se presenta el espasmo, el acto reflejo, el jugador manifiesta el dolor, al hacer movimientos en el cuello y se siente incómodo", abunda.
Ser un deportista de alto rendimiento ayudó a Oribe a recuperarse sin contratiempos, luego de no tener mayores complicaciones por el golpe, considera Mercader: "Los atletas se recuperan más rápido que una persona normal. Es un atleta fuerte y podría estar bien para el miércoles o para cuando lo quieran utilizar".
Por su parte, Oribe Peralta acepta que "no sabía dónde estaba", luego del fuerte choque que sufrió con el portero de la UdeG, Humberto "Gansito" Hernández.
"Con el deseo y las ganas de estar ahí, eso me hizo volver a la cancha, el querer ganar el partido. Pero sí, en realidad, no sabía dónde estaba, no estaba consciente", dijo a Televisa el atacante del conjunto emplumado.
El domingo, el "Cepillo" recibió descanso en su casa y ayer lunes entrenó por separado en las instalaciones de Coapa. Por la tarde visitó al neurólogo.
Gustavo Matosas, técnico del América, podría reservarlo para el duelo de vuelta de los cuartos de final la Liga de Campeones de Concacaf ante Saprissa. Su reaparición se daría hasta el sábado, cuando las Águilas visiten al Pachuca por el torneo local.