Unidos. Gustavo Madero y Carlos Navarrete coincidieron en analizar el caso.
Los dirigentes de los partidos Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD), Gustavo Madero y Carlos Navarrete, respectivamente, se comprometieron a revisar los efectos, que calificaron negativos, de la reforma fiscal de 2013.
En un panel organizado por la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) con los presidentes de los tres principales partidos del país, Navarrete respondió a la inquietud de los empresarios sobre si habría la posibilidad de que la nueva Legislatura en la Cámara de Diputados discuta nuevamente la legislación fiscal.
El perredista advirtió que, si no se hubiera aprobado dicha reforma, los recortes al presupuesto serían aún más graves por la caída de los precios del petróleo.
Sin embargo, dijo que sí es posible revisar los efectos nocivos de la legislación.
Indicó que los diputados del PRD que trabajen en la 63 Legislatura tendrán la tarea de revisar los efectos negativos en el crecimiento económico, el empleo y la competitividad, posición que desató los aplausos de los representantes del sector patronal.
En su turno, Gustavo Madero tomó la palabra a Navarrete.
"Ya me hiciste el día, es la mejor noticia que podemos tener. Asumamos el compromiso juntos de revisar la Reforma Fiscal, si tenemos el número suficiente para sentar al Gobierno a negociar", indicó el dirigente panista sobre la posibilidad de que la Oposición consiga la mayoría de curules en San Lázaro.
La propuesta de Madero generó entusiasmo entre los empresarios.
El presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), César Camacho, quien también estuvo en el encuentro, no hizo comentario alguno sobre la revisión de la Reforma Fiscal.
En entrevista al concluir el evento, Navarrete reconoció que la reforma pudo ser un error.
"Cuando se mete la pata, se saca. Hay que revisar qué es lo que se debe cambiar".
Aun durante el encuentro, el perredista hizo un balance de los dos primeros años del Gobierno de Enrique Peña Nieto y señaló que se derrumban las expectativas que generó la elección de 2012.
Advirtió que hay un desánimo total en la ciudadanía, que poco se le cree al Presidente y no se ve una estrategia en su Gobierno para devolver la confianza.
Recordó que, en una reunión con la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), un empresario le sugirió a Peña, en tono de broma, que ya mejor buscara a su sucesor.
El perredista señaló que, con ese comentario, se advierte que el país no va bien y que el Gobierno ha sido incapaz de dar certidumbre y retomar el rumbo.
A esto el dirigente priista tampoco respondió.
Al final, Navarrete mencionó que el ánimo social cambió drásticamente por el escándalo de la casa de la esposa del presidente, en alusión a las residencias que ha facilitado el Grupo Higa.
