El Papa Francisco urgió ayer a obispos italianos a denunciar la corrupción, que deja a los jóvenes sin trabajo, y les advirtió que los líderes católicos que asumen responsabilidades sociales o políticas no necesitan "obispos pilotos". Al inaugurar la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal Italiana, en el Aula Nueva del Sínodo del Vaticano, instó a los pastores a producir menos documentos, escuchar más a la comunidad, y sugirió fusionar monasterios y órdenes religiosas. El diálogo que el pontífice entabló luego con los clérigos se realizó a puertas cerrada.