La Huasteca Potosina.
Te proponemos cuatro viajes a los que no opondrás resistencia.
Brincos y chapuzones en San Luis Potosí
En la Huasteca Potosina, vas a necesitar unos buenos pulmones y mucha valentía para saltar siete cascadas de color turquesa, conocidos como Micos.
Tu única protección será un chaleco de flotación y un casco. Luego, hay que emprender el camino hacia la primera cascada de 1.5 metros de altura. Después, vendrá la segunda cascada de casi tres metros; la tercera y la cuarta. Como medida de seguridad, te sugerimos lanzarte como soldadito de plomo, con el cuerpo totalmente recto, pues la rudeza del agua puede provocar que piernas, espalda o cuello se lastimen. De salto en salto, llegas a la séptima, la última, de ocho metros de altura, aquí sí darás tu mejor grito.
Conquista en Nevado de Toluca en el Estado de México
Las piernas y el control mental serán tus armas para llegar a sus 4 mil 680 metros de altura. Aunque la expedición puedes realizarla por cuenta propia, te recomendamos contratar los servicios de una tour operadora que cuente con personal especializado en caminatas de alta montaña; High Guiding es una opción. El ascenso lo realizan en un tiempo estimado de cinco horas, depende de tu condición física.
En el trayecto, contemplas las lagunas de El Sol y La Luna, dos cuerpos de agua color turquesa que nacen en el fondo de la montaña y que se han convertido en uno de los principales atractivos. La temperatura helada del agua impide nadar. Tómalo en cuenta: lleva lentes de sol, botas o tenis que cubran los tobillos, tres capas de ropa, guantes y una bufanda para cubrir la nariz del viento frío.
Grutas de Tolantongo en Hidalgo
El traje de baño es indispensable para refugiarse en este oasis de la sierra hidalguense. Las grutas que lo conforman son las abastecedoras de aguas termales. Además de darte un chapuzón, tienes la oportunidad de admirar estalactitas, estalagmitas y hasta aplicarte una mascarilla de barro. También, se puede practicar senderismo, tirolesa y relajarte en alguna de sus 40 pozas termales construidas de forma escalonada.
En esta zona, nacen cascadas y un río color turquesa.
Callejoneada y momias en Guanajuato
Esta ciudad, Patrimonio de la Humanidad, siempre es un deleite. Sus callejones románticos y el sinfín de espacios culturales invitan a visitarla más de una vez. Si buscas algo más que el Museo de las Momias, debes ir el al Museo Iconográfico del Quijote. Otra opción es la Casa Diego Rivera, con una colección de 175 obras que dan fiel testimonio de su calidad artística, por si quedaba duda. No te pierdas de un paseo por la Presa de la Olla, con lanchas para remar sobre un abastecimiento acuífero. No hay que olvidarse de las callejoneadas con estudiantina. Para comer busca el Santo Café, sobre el Puente del Campanero. Prueba sus pizzas a la leña y batidos de frutas tropicales. O qué tal una guacamaya: bolillo relleno con chicharrón duro, aguacate, pico de gallo y mucho limón.