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Parejas Dink; el placer de no tener hijos

Cuando el desarrollo personal y el éxito profesional se anteponen a la reproducción

Parejas Dink; el placer de no tener hijos

Parejas Dink; el placer de no tener hijos

Paulina Hernández Cornejo

En la actualidad va en aumento la decisión de formar una pareja (con o sin unión matrimonial) en donde los principales objetivos son el desarrollo profesional y el éxito en el mundo laboral, disfrutar de gustos lujosos y viajes excéntricos entre otros, postergando indefinidamente la paternidad. ¿Puede considerarse este modelo de vida un nuevo tipo de familia?

En Europa, durante la década de los sesenta, la tendencia social entre los adultos jóvenes comenzó a inclinarse hacia tener pareja con o sin unión matrimonial, pero con el fin común de abstenerse de tener hijos y dedicar su tiempo libre a su profesión y a actividades de entretenimiento. El término acuñado para ese tipo de parejas fue DINK, siglas que vienen de la expresión en inglés “Double Income, No Kids”, y que en español se traduce como “Doble sueldo, no niños”.

UNA TENDENCIA

La tendencia se propagó por todo occidente, y en México ha ido adoptándose gradualmente aunque con cierta flexibilidad con respecto a la paternidad debido, principalmente, a factores socioculturales.

La mayoría está indecisa sobre tener hijos o no. Son pocos quienes consideran como definitivo no procrear. Esto se debe en parte a la poca aceptación que tiene esta clase de conductas en la cultura dominante mexicana, señala el reporte Adiós consumidor, hola señor grey, pink, teen… (De La Riva Group, 2013).

En nuestro país el Dink puede describirse, entonces, como un modelo de pareja en el que ambos miembros trabajan y, en su mayoría, obtienen altos ingresos, lo que les permite gastar grandes cantidades de dinero en artículos de lujo y otras formas de diversión, pero, sobre todo, que posponen la decisión de tener hijos sin eliminar por completo la posibilidad.

Si bien el promedio de matrimonios de este tipo no constituye siquiera el cinco por ciento del total de los hogares mexicanos (el último estudio sitúa el indicador en 3.4 por ciento), se trata de un segmento que ha cobrado relevancia y notoriedad, sobre todo en términos económicos, debido a que el nivel de sus gastos impacta en todo el país.

De La Riva Grooup estima que el grupo de doble ingreso sin hijos representa el 5.76 por ciento del ingreso corriente total en México y que generan una derrama de 220 mil millones de pesos anuales.

EL TRASFONDO DEL RECHAZO A LA PATERNIDAD

Aún cuando este esquema sea cada vez más recurrente en la sociedad, es importante señalar que este no puede considerarse una familia, ya que para ello tendría que existir la variable hijos; si solamente es la pareja se le denomina matrimonio, por consiguiente, este modelo de vida en pareja no es un nuevo tipo de familia.

¿Pero qué es lo que lleva a dos personas a resistirse a formar una familia como tal? La respuestas son tan diversas como la misma gente. Entre los factores, que pueden influir -sin que sean determinantes- en la elección de este modo de vida están la educación, el nivel de escolaridad o el cambio del rol femenino en la sociedad actual.

Asimismo, puede mencionarse el caso de individuos cuyo constructo de personalidad, está orientado hacia la soledad, el amor propio, el cuidado personal, y no tanto al cuidado y protección de terceras personas.

La historia familiar también es un factor importante, ya que puede ser que la experiencia del individuo no haya sido grata, que haya sufrido quizá carencia de atención, de protección, de afecto, o no le hayan sido satisfechas sus necesidades infantiles, de modo que puede ser que no le guste la idea de repetir el patrón o bien que busque satisfacer esas necesidades básicas en la edad adulta, mismas que además son difíciles de brindárselas a otra persona si él mismo no las tiene.

LA MUJER COMO FACTOR DE CAMBIO

Otro aspecto importante que influye en este nuevo modelo de vida, puede ser el avance que la mujer ha tenido en cuanto a sus estudios académicos.

Para el año 1960 sólo el 0.5 por ciento de las mujeres tenía título universitario y para 2010 la cifra se elevó al 16 por ciento, sólo un poco por debajo de los hombres. Lo anterior ha derivado en que actualmente la mujer tiene el deseo de ejercer su carrera y tener una vida laboral exitosa, que le permita obtener satisfacciones personales, así como acceder bajo sus propios méritos a recompensas profesionales en base a sus herramientas y conocimientos.

Las mujeres jóvenes buscan también alcanzar con su propio esfuerzo el reconocimiento social, así como solventar sus propios gustos sin tener que estar sujetas a un tercero como ocurría comúnmente hace algunos años en la sociedad mexicana.

Todas estas metas impulsan a la mujer a seguir preparándose profesionalmente, lo que las orilla a ir postergando su deseo de maternidad por tiempo indefinido.

SOBREVIVIR SIN HIJOS

Para gran parte de la sociedad, el matrimonio carece de sentido si no se contempla tener hijos. Determinar qué caso tiene consolidar un hogar sin descendencia -al menos por un buen tiempo- es algo que corresponderá a cada pareja, ya que cada una de ellas está unida por situaciones muy específicas.

Aunque no se puede generalizar, en el caso de los Dink, el sentido de la unión generalmente radica en la mutua satisfacción de necesidades de ambos miembros, tanto básicas (afecto, protección, cuidado, reconocimiento) como secundarias (económicas, sociales, entre otras.)

Algunas de las metas principales de las parejas Dink, es lograr un posicionamiento social alto y el reconocimiento de su logros materiales. Otra prioridad de quienes optan por este modo de vida, es ser el centro de atención, y mientras que los hijos serían un obstáculo para lograrlo, con una pareja estaría garantizado, más aún si los dos comparten esta tendencia al egocentrismo (que es lo más probable), ya que uno será el espejo del otro.

En cuanto a la durabilidad de los matrimonios sin hijos, se puede decir que si el objetivo de unión de la pareja es claro y existe un vínculo verdadero de amor y afecto, las crisis que sucedan dentro del ciclo vital de la pareja podrán ser superadas con esfuerzo, sin embargo si no existe un verdadero vínculo entre la pareja es posible que a lo largo del tiempo la relación se debilite al punto de no poder seguir.

Correo-e: psic.paulinahc@gmail.com

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