¿Para qué sirve el Congreso? ¿Por qué son tan importantes los diputados? ¿Por qué no debemos dejar en manos del partido en el poder el control del mismo? ¿Por qué un congreso con mayoría partidista no nos beneficia a los ciudadanos ?
Esta semana nos encontramos en Coahuila, con que se le pide al Congreso Estatal, que la ASE (Auditoría Superior del Estado) haga una revisión profunda a las aportaciones del Ayuntamiento a la Fundación Colosio, a la licitación del Alumbrado Público y al "regalito" que se le dio al Club Santos Laguna, nada más y nada menos que por Ochenta Millones de Pesos.
Y el resultado fue, que por mayoría, se rechaza esta petición.
¿Cual está siendo la función de nuestro Congreso? La respuesta es sencilla: Ser cómplice y "tapadera" de las autoridades estatales y municipales. Hemos visto como se aprueban "en rapidito" muchos de los asuntos que les llegan a nuestros diputados, sobre todo aquellos que han generado polémica en la ciudadanía. Mejor ejemplo lo tenemos en la ya "famosa" licitación del alumbrado público, donde FOMEC, la única asociación empresarial que sigue funcionando como tal, se dio a la tarea de hacer un estudio serio y profundo sobre tan nombrado contrato, el cual se le presentó al alcalde Riquelme con respuesta cero y posteriormente se envió al Congreso Estatal en manos, en aquel momento, de Eliseo Mendoza Berrueto, donde seguramente, no nada mas no le puso atención, sino que ni siquiera se leyó. En dicho estudio se demostraba que el costo al que se estaba aceptando estaba desproporcionadamente alto y que si se hacían los ajustes necesarios, el ayuntamiento podía hacerse cargo de la operación sin la necesidad de un tercero.
Tenemos también el SI del Congreso al manejo del Impuesto Predial del Ayuntamiento de Torreón por el Estado, a la petición de un crédito por 2,500 millones de pesos más y así podremos nombrar un sinnúmero de casos en los que los señores diputados, lejos de ser unos representantes del pueblo, están siendo comparsa del Ejecutivo Estatal y bailan al son que les toque el gobernador.
Lo anterior lo mencionamos, no por el hecho de ser reiterativos en los temas o el estar machacando sobre lo mismo, sino por encontrar las respuestas a las preguntas del inicio de la nota. En principio, el Congreso es simplemente la Asamblea depositaria de la Soberanía Popular. Bueno, pues nada más lejos de eso. La voz del pueblo no cuenta, no se oye, ni siquiera tienen la capacidad de tener un acercamiento con esa ciudadanía que los "eligió". Llegan a la silla del poder y se dedican a "pura pachanga", reciben su buen sueldo, sus magníficos viáticos y están a la espera de las órdenes superiores. Son una verdadera vergüenza.
Esto viene a cuenta, por las próximas elecciones, que aunque no son para diputaciones locales, nos enseña que al no darle la importancia debida, caemos en prácticas que no benefician a la ciudadanía. Ya no es "debemos" de salir a votar, es "tenemos" que salir a votar; no como un deber, sino como una obligación, dejando de lado nuestra apatía, decepción y desconfianza. Somos, nos guste o no, responsables en cierta medida, de lo que acontece en nuestra región y en nuestro país. Tenemos que asumirnos como ciudadanos responsables y empezar a tomar cartas en el asunto. No podemos seguir dejando en manos de unos cuantos el destino de nuestra tierra. Se podrá escuchar esto como muy ilusorio y optimista, pero no lo es, sólo es una realidad. En la medida que todos los habitantes de este país nos involucremos en los quehaceres gubernamentales, en esa medida se mejorarán las cosas. Hemos visto mucha incapacidad, falta de ética, deshonestidad en los funcionarios públicos, pero al fin, nosotros los hemos elegido o hemos dejado que otros los elijan con nuestra dejadez y descuido.
Y como dice un buen amigo: "No salir a votar es traición a la Patria", aunque suene duro y agresivo, creemos que en estos tiempos es una gran verdad.
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