Estamos agobiados, muy agobiados; sólo hay noticias malas por todos lados, en el Mundo, en México, en Coahuila y en Torreón. Las esperanzas de que los gobiernos actuales tomen las riendas se esfuman día con día. No sabemos de que estamos hablando, si de perversidad o una franca incapacidad.
Dentro de ese Tsunami de acontecimientos negativos, aquí en la región, hace unos cuantos días, tuvimos un gran evento, la inauguración del Centro Cultural y Deportivo "La Jabonera", un centro deportivo al poniente de la ciudad, en una zona que ha sido devastada por la pobreza y la delincuencia. Celebramos el rescate! Esas son las acciones que logran a mediano y largo plazo revertir la espiral negativa en la que ha estado sumida nuestra sociedad. Es un espacio que alberga un gimnasio de Usos múltiples, alberca semiolímpica, canchas de futbol uruguayo, canchas, jardines y áreas de esparcimiento. Ha sido todo un éxito entre la población, espacios donde nuestros niños y jóvenes puedan convivir y desarrollarse.
No terminamos de aplaudir cuando nos enteramos que se van a usar cuatro millones de pesos para realizar eventos masivos en las fiestas de Septiembre. Por Dios! No estamos para fiestecitas o no estamos para gastar ese dinero en eventos para mantener al pueblo contento. Somos una ciudad en crisis, ahogada en deudas, sin recursos, sin obra, con una calidad en los servicios lastimosa. ¿Por qué nuestras autoridades no utilizan esos recursos en beneficio colectivo a largo plazo? ¿Qué necesitan para darse cuenta de las condiciones en que vivimos? ¿Cómo le podemos hacer los ciudadanos para presionar al gobierno a no "tirar el dinero"?
Seguimos viviendo en una ciudad en condiciones lamentables, fuera de las grandes avenidas, en la mayoría de las calles está destruido el pavimento, la iluminación tan presumida, deja mucho que desear, seguimos sin agua o al menos con un servicio pésimo, la delincuencia, por más que nos "cacareen" que ha bajado, los que vivimos como ciudadanos normales, vemos otra cosa, los agentes de Tránsito son el enemigo número uno del conductor. En resumen, lo que percibimos los habitantes de la zona es que vivimos en un lugar que está muy lejos de ser lo que las autoridades nos quieren vender.
Un buen gobierno se hace con la unión de esfuerzos entre ciudadanos y autoridades, con una real cercanía entre los habitantes de una población y los administradores de los recursos, para conocer de la fuente primaria cuáles son las necesidades y carencias que se viven día a día, con transparencia en los manejos de los dineros, con rendición de cuentas de parte de los encargados de los proyectos gubernamentales y sobre todo, con una ciudadanía responsable, participativa e interesada realmente en los aconteceres políticos. No podemos ni debemos dejar en manos de un grupo de personas el manejo de nuestra comunidad. Y sigue la gran duda: ¿Es perversidad o franca incapacidad de los gobernantes?
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