Verdaderamente es increíble lo que sucede en nuestro entorno, pero todo tiene un límite y ya estamos llegando a él.
La tolerancia llega hasta un punto y el Gobierno nos ha estirado hasta llegar a él; ni la apatía, ni la dejadez, ni la desinformación, ni la amenaza están surtiendo efecto: la ciudadanía, en todos sus ámbitos, llegó al punto de no aguantar más.
No es posible que nos den una cachetada con el informe del Presidente, va más allá de una burla, nos reduce a los mexicanos a NADA, no contamos, no valemos, al menos para el Gobierno. Seguimos viendo los desplantes de prepotencia y de cinismo del secretario Videgaray y la incapacidad de casi todo el gabinete.
En lo estatal seguimos aguantando los caprichos de una administración que hace leyes "a modo", según su conveniencia, un congreso totalmente entregado a su jefe en donde no se debate ni se propone, sólo se obedece. Las semanas anteriores, la ley taurina, esta semana la de los estacionamientos, la que entra, no sabemos. ¿Se trata de pegarle a alguien en específico? ¿Alguien los está incomodando y hay que callarlo? ¿O será que nuestro gobernador se está pintando de Verde porque ya el color Rojo no le alcanza? No lo sabremos a ciencia cierta, como en la mayoría de los casos. Lo que sí observamos es que en lugar de sumar están restando, y cada vez más sectores de la sociedad están en contra de estas actitudes.
Cada día hay más gente inconforme, nos pegan por todos lados. Escuchamos esta semana las declaraciones del tesorero Mota donde nos asegura que no se van a subir los impuestos, sólo se van a actualizar los valores ¿Qué? ¿Eso no es subirlos? Qué afán de engañarnos y de tratarnos como deficientes mentales. Ya están en las calles los grupos encargados de hacer la re-catastración. Y esto no sería criticable si los servicios que nos brinda el municipio fueran de primer nivel, pero estamos muy lejos de eso. ¿Por qué no pueden entender los funcionarios que en la medida que hagan las cosas correctamente, en esa misma medida, los ciudadanos los apoyaremos? Si vemos intención, ganas de hacer su trabajo, obras bien hechas, cuentas transparentes, los primeros en apoyarlos seremos nosotros los habitantes de la Comarca. No habría necesidad de comprar votos, ni de tinacos, ni de espectáculos onerosos en la Plaza Mayor, aunque claro, no habría los grandes negocios ni los bolsillos llenos de algunos funcionarios listos.
Lo que sí estamos viendo es que las medidas que están tomando, tanto el Gobierno estatal como el municipal, no les están favoreciendo. No creemos que nadie en su sano juicio vaya a votarlos otra vez, ni que vayan a ganar una siguiente elección con toda y su estructura partidista. Como dijimos al inicio del escrito, todo tiene un límite y nos estamos acercando a él.
Estamos aprendiendo a ser ciudadanos en forma lenta, pero al fin estamos asumiendo el papel que nos corresponde, con nuestras responsabilidades y compromisos, pero exigiendo nuestros derechos. Es así como se construye un país de primera categoría.
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