Increíble, verdaderamente increíble fue la reacción del alcalde Riquelme al desplegado en apoyo al CLIP publicado en el periódico y firmado por 12 organismos de la sociedad civil. Si mal no recordamos, dicho escrito fue un espaldarazo al presidente del CLIP, Agustín Arellano, que hizo declaraciones sobre el tan nombrado Impuesto sobre Nóminas (ISN) y quien sólo pidió cuentas claras o que dicho impuesto se regrese al municipio y desde aquí se ejecute, en lugar de ser el Gobierno del Estado quien decida sobre él.
Es muy lamentable e inverosímil que Don Miguel se le haya aventado a la yugular al vocero de Participación Ciudadana 29, Ricardo Segura Montaña, con descalificativos a su persona; no se puede ir por el mundo metiéndose en la vida personal de los individuos sólo porque no son de su simpatía. Lo que dijo y sigue sosteniendo el alcalde no viene al caso en esta situación; no se vale desprestigiar a una persona que lo que ha hecho es señalar con pruebas y argumentos los malos y turbios manejos que en algunas de las obras se han estado haciendo en el municipio. Y no se vale porque se supone que un político de la envergadura del Sr. Riquelme, o al menos de la que quiere ser, no puede tener ese tipo de exabruptos. Una de las principales características de un líder, por si no lo sabe señor alcalde, es el mantener la calma en momentos difíciles: el autodominio; un hombre que no puede dominarse a sí mismo jamás podrá dominar a otros. El autodominio es justamente un ejemplo para las personas que además se identificarán (para eso sirve un líder en gran medida) y tratarán de emularlo. Un líder sin autodominio es un mal ejemplo a seguir. Por otro lado, las características de un mal líder son: ser autocrático, dominante, autosuficiente, absorbente, conflictivo, peleador y autoritario.
Si sus aspiraciones son políticas y le interesa seguir en ese terreno como ya es sabido por todos, será necesario rectificar el rumbo; no es la primera ocasión en que vemos este tipo de "papelitos" que no son dignos de un alcalde, mucho menos de alguien que aspira a la gubernatura. Otro tema que habrá que cambiar es el discurso del "yo-yo-yo-yo" ¿Ve como sí hacemos propuestas?
Ojalá se logren las gestiones que de buena fe hiciera el Sr. Arellano y el Impuesto sobre Nómina volviera a la tierra donde nació y ésta fuera la beneficiaria directa de él. Los ciudadanos sólo queremos saber: ¿Dónde está ese recurso recabado los años anteriores? ¿Qué obras se hicieron con él? ¿El Gobierno del Estado puso la parte que le corresponde?
Cuando se originó el ISN hubo cierto descontento entre la clase empresarial: ¡Otro impuesto más! Pero se logró un acuerdo entre las partes: que peso que se recaudara por dicho impuesto, peso que pondría el Estado, que se iba a un fideicomiso que se administraría por el Gobierno, pero no se aplicaría si la contraparte no estaba de acuerdo en el proyecto de infraestructura y que este proyecto debía ser local. Pronto se adueñaron del dinero, hicieron lo que les vino en gana y no le consultaron a nadie. ¿Qué formas de gobernar son ésas?
Es el momento para que los organismos empresariales y las organizaciones civiles nos unamos para exigir un derecho; ya estamos cansados de tanta corrupción, opacidad, malos manejos, transparencia a modo y de que los servidores públicos se sientan dueños del país y de sus recursos y no nos tomen en cuenta para nada. ¿Consejos de sociedad civil? Son muchos, pero no sirven para nada, porque lo que menos tienen es ciudadanía, sólo es discurso, sólo es pantalla.
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