Somos un país que tiene de todo y adolece de mucho; cada año para estas fechas (da inicio en octubre) se discute la cantidad de dinero que habrá de destinarse para que el Gobierno emprenda, una vez más, la tarea de intentar atender demandas y necesidades de la sociedad a través de los mismos programas y esperando resultados distintos, de promover condiciones para que lo elemental del desarrollo y la economía mejore; una y otra vez de manera cíclica nos encontramos con las mismas viejas y desgastadas formas. El gobernador - de cualquier entidad- cumple con la presentación del informe de gobierno (formalmente sobre el estado que guarda la administración pública) y, sin conocer su contenido y mucho menos el detalle de lo que se informa, inmediatamente organizaciones de todo tipo (empresariales, patronatos e incluso universidades) lo felicitan por su informe. Es evidente que aunque la revuelquen, sigue siendo la misma gata; mucho discurso y aplauso acompañado de desplegados y fotos que pretenden dar por sentado que lo que se informa es cierto, total las evidencias nunca han interesado y no tienen por qué ahora. Dependiendo de los tiempos políticos y que para el caso son las vísperas, aparecen las grandes obras del Gobierno para demostrarle a los incrédulos y críticos por sistema, que sí se aplican bien los impuestos que todos pagamos, aunque haciendo caravana con sombrero ajeno. Como en el vecino estado de Durango son tiempos de decisión sobre candidatos a gobernador, no podía faltar el llamado candidato de unidad - donde se disfraza la imposición- y se regresa a los tiempos del centralismo autoritario: los habitantes de la entidad no tienen nada que opinar, sólo deben ir a votar. En Coahuila sus gobernantes no son tan diferentes y "otra vez la burra al trigo", lo que en un principio fue una información que todos debíamos conocer (el uso de un crédito por 2,500 millones de pesos para pagar a proveedores), salta de ser "un problema de comunicación" a ser información reservada porque se había descubierto que quienes autorizaron contratos en ese tiempo (los dorados de la gran deuda) "no tenían la autoridad para aprobarlos" dice el secretario de finanzas Ismael Ramos (El Siglo de Torreón 9 de diciembre de 2015 pagina 8A). Como se puede observar, los tiempos cambian pero las mañas no; sin embargo, es loable que un proyecto como el llamado "Línea Verde" por fin pueda ser disfrutado (a medias) por ese sector de la ciudad tan golpeado por la violencia, las carencias, la indiferencia y la insensibilidad del gobierno municipal. Claro que no podía faltar la catarata de fotos a todo color, en las que con dificultad se pudieron ocultar los faltantes (El Siglo de Torreón 9 de diciembre 2015 páginas 1 y 7 E), pero destacarse a los responsables e irresponsables del gobierno cortando listones y manejando cifras alegres que sólo demuestran la incongruencia de su discurso, al que la terca realidad hace ver mal. Sin embargo, la muestra que pretende servir de cereza de este pastel, la recibimos de una institución que no tiene los mismos intereses que nosotros y los gobernados de Coahuila en general: el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), para el que este estado es el primero en el que todos sus municipios cumplen al 100% en transparentar la información presupuestal (El Siglo de Torreón página 14 A). Tal parece que el caso de IMCO, deriva de un trato con el gobierno estatal para llegar a esta fecha con estos datos, ya que desde el pasado 2 de diciembre viene difundiéndose (El Siglo de Torreón diciembre 2 de 2015 página 8A); sin embargo, la terca realidad aparece otra vez y la prueba en contrario al criterio de IMCO es que a pesar de que media una resolución emitida el mes de septiembre por el pleno del ICAI en relación a información solicitada sobre un gasto que hizo el Gobierno de Torreón en febrero de 2015 por la cantidad de 22.3 millones de pesos con cargo a la partida genérica 49000 _transferencias al exterior_ y que debió ser atendida a mediados de dicho mes. A la fecha, ni el Gobierno de Torreón ha respondido, ni el ICAI lo ha sancionado; parece costumbre del gobierno de Torreón, no atender sus obligaciones de información a pesar de nuevos portales de Gobierno Abierto, y no sólo de incumplir, sino también de mentir, ya que hace un año destaca en su primer informe el alcalde Miguel Riquelme que en conjunto con el Gobierno del estado (que para el caso mentiría también) se había firmado un convenio con TV Azteca para que los partidos locales del Santos fueran transmitidos en señal abierta, y pues como ya se dijo, vuelve la burra al trigo, que cree, estimado lector, que según respuesta de la Unidad de Transparencia dependiente de la Contraloría del C. Javier Lechuga, dicho convenio no existe. ¿Quién miente, el alcalde o el contralor? Estos son algunos de los frutos que da este olmo.
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