Siglo Nuevo

Patrick Modiano

La eterna huida hacia adelante

Patrick Modiano

Patrick Modiano

Jessica Ayala Barbosa

Una veintena de libros, entre los que destacan títulos como El lugar de la estrella, La ronda nocturna, Los paseos de circunvalación, Dora Bruder y Un pedigrí, conforman la obra de Patrick Modiano, figura prominente de la literatura universal que ha sido galardonado con los premio más importantes de su país y el codiciado Premio Nobel de Literatura (2014).

Patrick Modiano nació en Boulogne-Billancourt (Francia) el 2 de agosto de 1945. Hijo de Alberto Modiano, un judío de ascendencia italiana cuya familia se había instalado en Salónica, Grecia, y Louisa Colpijn (Colpeyn), actriz originaria de Amberes, Bélgica; almas errantes que coincidieron durante los convulsos tiempos de la ocupación alemana de francia.

Mi madre y mi padre no pertenecen a ningún ambiente concreto. Tan llevados de acá para allá, tan inciertos describe Modiano en Un pedigrí (2005), obra que a la sazón constituye la mejor fuente de información sobre los primeros años del autor. Es posterior a sus novelas más reconocidas, sin embargo es un tesoro para sus más fervientes lectores y admiradores.

Haciendo uso de la memoria y de un instinto de historiador, Modiano se esfuerza por reconstruir la vida de sus padres para así dar forma a la suya propia. Que el lector me disculpe por todos estos nombres y los que vendrán a continuación. Soy un perro que hace como que tiene pedigrí, se sincera.

Pero la tarea se ve constantemente coartada debido a la poca, confusa o falsa información que conserva sobre todo de su padre (algo natural en alguien que estaba inmiscuido en los bajos mundos del mercado negro, el colaboracionismo y el hampa en tiempos de la ocupación nazi en Francia): no me queda más remedio que esforzarme por encontrar unas cuantas huellas y unas cuantas balizas en esas arenas movedizas, igual que nos esforzamos por completar con letras medio borradas una ficha de estado civil o un cuestionario administrativo.

Modiano parece concebirse a sí mismo como producto (¿prisionero?) de las decisiones de sus padres. Echa un vistazo a su infancia solo para vislumbrar a un pequeño Patrick que vive, paradójicamente, atrapado en el abandono de ambos progenitores. Esta sensación está latente en todo el libro y cobra fuerza primero a través de un fragmento en el que se refiera a su madre:

Era un chica bonita de corazón seco. Su novio le había regalado un chow-chow, pero ella no le hacía caso y lo dejaba al cuidado de diversas personas, como hizo conmigo más adelante. El chow-chow se suicidó tirándose por la ventana. Ese perro aparece en dos o tres fotos y debo admitir que me conmueve muchísimo y me siento bastante próximo a él.

Más adelante dirá: Dejando aparte a mi hermano Rudy y su muerte, creo que nada de cuanto cuente aquí me afecta muy hondo. Escribo estas páginas como se levanta acta o como se redacta un currículum vitae, a título documental y, seguramente, para liquidar de una vez una vida que no era la mía. Sólo es una simple y fina capa de hechos y gestos. [...] Los acontecimientos que rememoraré hasta mis 21 años los he vivido en proyección trasera, ese procedimiento que consiste en hacer que vayan pasando en segundo plano paisajes mientras los actores se quedan quietos en el plató del estudio.

Devorador incansable de libros de los más variados temas y autores desde los diez años de edad, Patrick Modiano llega a los 21 años con la firme convicción de convertirse en escritor. Alcanzar la mayoría de edad, lo libera de la intención protectora o controladora de su padre, quien había tratado de convencerlo de enlistarse en el ejército.

A través de la transcripción de la correspondencia que mantenía con él en 1966, Modiano expone la ruptura definitiva de su relación, precisando que tras esas últimas cartas nunca más lo volvería a ver.

PROMESA Y REALIDAD

La carrera literaria de Modiano dio inicio con la publicación de El lugar de la estrella en 1968, obra que obtuvo el reconocimiento Roger Nimier y que ya lo perfilaba como una promesa de la literatura, misma que se hizo realidad con la aparición de La ronda nocturna en 1969 y Los paseos de circunvalación en 1972 y la consecuente obtención del Gran Premio de Novela de la Academia Francesa.

Las tres obras, que Modiano escribió entre sus 20 y 26 años, encierran el germen de su literatura y han sido referidas en bloque como “Trilogía de la Ocupación”, denominación bajo la que Anagrama publicó en 2012 un volumen que las agrupa.

La Segunda Guerra Mundial, específicamente la ocupación alemana del territorio francés; la búsqueda incesante de sus orígenes, de su padre, en un obsesivo afán de reconstruir su “prehistoria personal” y la intención (un tanto disimulada) de comprender sus relaciones filiales, son los pilares sobre los que se erige la obra de Modiano.

¿Su estilo?: una respiración lenta e hipnótica, con el dring cristalino y el swing jazzístico de los felices veinte, desplazado hacia la luz negra de un fragmento de los primeros cuarenta europeos, que aporta el ingrediente delirante. [...] De esta litartura surgirá un adjetivo nuevo: modianesque, modianesco, describe José Carlos Llop.

El lugar de la estrella está narrada en primera persona por un judío colaboracionista, Raphaël Schlemilovitch, y mezcla personajes ficticios con otros que existieron realmente, entre ellos los escritores Louis-Ferdinand Céline, Pierre Drieu La Rochelle e incluso Marcel Proust. La voz delirante del personaje principal de esta novela va armando el soporte ideológico del antisemitismo y su carácter de traición a la humanidad.

En La ronda nocturna la voz que lleva el hilo de la historia, también de manera alucinada, es la de un agente doble que trabaja simultáneamente para la Gestapo y la Resistencia. Mientras que en Los paseos de circunvalación introduce el tema de la búsqueda del padre.

El ritmo ágil que Patrick Modiano imprime a sus historias, combinado con ciertas características de la novela negra (Dora Bruder y la efervecencia que despertó en 1997 es un ejemplo de esto) le han permitido conquistar a una gran número de lectores, mientras que su pulido estilo, que es posiblemente el resultado de prácticas como dedicarle únicamente tres horas al día a la escritura para conservar el ritmo que cada historia debe llevar, así como la manía de sólo escribir a mano y una exhaustiva revisión, le han permitido ganarse los elogios de la crítica especializada.

Aunque no todo ha sido miel sobre hojuelas, a Modiano se le cuestionó en algún tiempo por escribir sobre 'la ocupación', una época que no le había tocado vivir. Otras tantas veces se le acusó también de repetirse a sí mismo, sin que él la haya refutado, sino al contrario, como explica en una entrevista para El Cultural: Mirar hacia atrás es algo que intento evitar. Tengo miedo de darme cuenta de que siempre he escrito lo mismo. Me ha sucedido, al corregir un texto, que he comprendido que había escrito casi la misma escena en un libro anterior. [...] En cierto modo resulta muy desalentador. Mis textos me dan la impresión de ser un caleidoscopio, siempre con las mismas figuras...

Afortunadamente para sus seguidores, eso no lo ha apartado de las letras, aún con el Premio Nobel en mano la insatisfacción lo sigue empujando a la escritura.

“Me he dado cuenta de que debo seguir escribiendo. No me queda otro remedio, porque sigo sintiendo una insatisfacción. Cuando termino una novela, siempre tengo el sentimiento de no haber escrito lo que me hubiera gustado. Esa sensación me obliga a intentar hacerlo mejor en un nuevo libro, como en una eterna huida hacia adelante. Eso no ha cambiado”, fue uno de sus comentarios recurrentes en esa ola de entrevistas que siguieron a la noticia del reconocimiento que le hizo el año pasado la Academia Sueca.

Leer más de Siglo Nuevo

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Siglo Nuevo

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Patrick Modiano

Clasificados

ID: 1148351

elsiglo.mx