Madre soltera. La actriz Laura Flores confiesa que luego de dar a luz a su segundo hijo su matrimonio finalizó.
Ser mamá ha sido un proceso muy complicado para Laura Flores ya que pasó por problemas de infertilidad y, aunque logró engendrar dos hijos biológicos, pensó en la adopción aún sin una pareja.
Una inseminación artificial le puso en el camino a su primera hija María (16 años) y a siete años de su llegada nació Patricio (nueve) a raíz del intento con nueve tratamientos in vitro y luego de dos abortos, uno de ellos con cuatro meses de embarazo.
"Todo lo que pasé desgastó mi matrimonio (con el empresario José Ramón Diez), pero la vida me lo puso así. Llega Patricio, pierdo un matrimonio y no puedo decir qué bueno o qué malo. Hoy tengo un gran ex marido que es un gran papá y la prueba fehaciente de que si uno persevera alcanza", dice.
Pero su deseo por la maternidad no quedó ahí ya que la esperanza que sentía antes que diera a luz a su segundo hijo la hizo pensar que quería que su familia creciera, aún cuando ya estaba divorciada. Así que hizo su primera adopción con Alejandro (ocho años) y posteriormente con Ana Sofía (seis). "Todavía es castrante que la madre soltera es un poco marginada. Yo nunca pensé en eso ni me visualicé como una víctima por ser madre soltera y al contrario, creo que es una prueba de valor, de determinación, no me arrepiento.
"No hay una consecuencia de algo que me haya pasado negativo, simplemente fue el eterno insistir en embarazarme y en mi acuerdo personal lo contemplé. Lo que empezó como un compromiso terminó en una convicción", declara.
Debido a que la Constitución permite que hombres y mujeres solteros adopten en México, ella lo hizo por medio del DIF y aún conserva los folios como un recuerdo porque sus hijos ya comienzan a preguntarle.
"El proceso fue complicado, complejo, fácil y maravilloso. No hay peor error que esconderle a una criatura que es adoptada y es importante que sepan de dónde vienen y cómo la vida nos puso juntos".
LA OPORTUNIDAD DE LA VIDA
Los dos embarazos por los que Laura pasó no fueron sencillos.
Eran de riesgo y, sobre todo en el segundo, estuvo meses en cama y en silla de ruedas incluso en la grabación de la telenovela Gotita de Amor.
"Todas esas vivencias me hacen fuerte. Recuerdo que cuando sale de mi cuerpo María, se me rompió la fuente antes y me dieron medicamentos para evitar las contracciones así que se me hizo un edema pulmonar, me estaba muriendo literalmente", cuenta la actriz.