Dos segmentos del mural que hizo el famoso muralista Don Alberto Ruiz Vela, en la Presidencia Municipal (ya desaparecida) de Torreón en el año de 1986.
(4 de 5 partes)
El pintor y muralista lagunero don Alberto Ruiz Vela, de fama internacional, fue contratado por la Presidencia Municipal para realizar un mural en la Tesorería Municipal de Torreón. Veamos lo que dijo la autoridad en aquella fecha:
"Conocer nuestros orígenes es ya de suyo una forma de amar nuestra tierra. Tomarlos como un principio, robustecerse con el devenir histórico y proyectar con entusiasmo el futuro, es parte del ser.
"Con el deseo de llevar por este camino a la niñez de nuestro Municipio, hemos encomendado la EJECUCIÓN DE UN MURAL que relate, en su limitante de espacio, los afanes de las gentes de la Comarca Lagunera y principalmente de Torreón.
"El artista, don Alberto Ruiz Vela en comunión con el Consejo Municipal de Arte y Cultura ha captado el espíritu enjundioso de los laguneros y ha enriquecido con su técnica la estampa viviente de sus principios y logros.
"Entregamos hoy (15 de septiembre de 1986) esta obra de arte a Torreón y sus generaciones, en una época en la que el recuerdo de la lucha de quienes nos legaron espíritu y tierra puede ser el bálsamo que restañe una herida y el acicate que levante el ánimo. R. AYUNTAMIENTO DE TORREÓN. LIC. MANLIO F. GÓMEZ URANGA, PRESIDENTE, LIC. MANUEL PINTO RÍOS, SECRETARIO.
Este texto y el que sigue, lo escribió en un folleto el Dr. LUIS MAEDA VILLALOBOS: "MENSAJE EN UN MURAL: En el horizonte de la protohistoria, entre los pueblos salvajes del Altiplano Norte de México, se agrupan los gallardos "BÁRBAROS DEL NORTE" con el mote de Chichimecas.
"Pueblos nómadas recolectores, cazadores, algunos pescadores, vivían condicionados por el ecosistema; no teniendo, por tanto, asentamientos humanos ni mucho menos conocimiento de la agricultura. Los laguneros que hablaban el dialecto irritila habitaron la región de las lagunas donde termina el río de las Nazas que después se conocerá como Laguna de Mayrán. En 1595 menciona ya a los laguneros, que fueron conocidos por el monje FRANCISCO FRAY PEDRO DE ESTPINAREDA en el año de 1567, haciendo sólo una descripción somera de ellos. Dicha anua dice que el padre Gerónimo Ramírez visitó la Región desde Nasas en 1594 y entre otras cosas agrega que "no ha sido posible hacer estancia entre ellos por su extrema barbarie". El texto dice: "Andan desnudos, no tienen pueblos ni casas, ni siembran ni comen más que frutos que la tierra voluntariamente les produce de maguey, mezquite, lechuguilla y tunas o lo que les ofrece la pesca y la caza, que es allí abundante en sus lagunas y montes y aunque quieran los misioneros vivir entre ellos con toda incomodidad, no están seguros en su compañía, sino con mucho peligro de que, por su antojo o por satisfacer su hambre, los maten y coman".
"Poco después, el padre Jesuita Juan Agustín de Espinoza, junto con el Capitán Antón Martín Zapata, partiendo de la Misión de Cuencamé el 23 de enero de 1598 llegaron al Valle del Pirineo o de Parras para fundar la misión cabecera de La Laguna en ese lugar, el 18 de febrero del mismo año. De ahí se fundaron las otras misiones como la de San Pedro, Santa Ana de Hornos, Santo Santiago, la del Cacique de Aztla, San Juan de Casta, Mapimí y Cuatro Ciénegas, entre otras...".
"...Las misiones laguneras fueron prósperas en manos de la Compañía de Jesús y vinieron a menos cuando pasaron al clero sedular lo que, además de las guerras intestinas y el avance del Conquistador Ibérico, fueron desplazando a los aborígenes precarias exponiéndolos también en los estragos de las epidemias de cólera, viruela y otras que finalmente exterminaron a casi todas las naciones chichimecas".
"Las tierras realengas de La Laguna fueron cedidas por orden de la Corona de España al Capitán Francisco de Urdiñola de quien por parentezco, pasaron a los marqueses de Aguayo (Siglo XVI). Virto de Vera vendió a la familia Sánchez Navarro posteriormente.
"Por la importancia histórica, hemos de recordar aquí, acontecimientos tales como el paso del Padre de la Patria, don Miguel Hidalgo y Costilla por La Laguna, cuando después de la traición de Baján viene encadenado desde Monclova camino a Chihuahua, el 26 de marzo de 1811".