Demanda. Manifiestantes protestan frente a la PGR para que esclarezcan desaparición de los normalistas.
La Procuraduría General de la República (PGR) detuvo a diez policías municipales de Iguala, Guerrero, quienes fueron puestos a disposición del agente del Ministerio Público de la Federación, de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO).
De acuerdo con fuentes ministeriales, los policías deberán responder ante los señalamientos que los vinculan en el ataque y desaparición de los estudiantes de la Escuela Normal Rural "Raúl Isidro Burgos", ocurridos los días 26 y 27 de septiembre pasados.
La PGR, en coordinación con la División de Gendarmería, dieron cumplimiento a diez órdenes de localización y detención, como parte de la investigación para dar con los responsables y saber qué fue lo que sucedió con los 42 normalistas que aún permanecen bajo el estatus de desaparecidos.
Los policías municipales que son interrogados en la SEIDO fueron identificados como Agustín Bello, Jesús Barrios, Alfredo Arellano, Jorge García, Justo Neri, Esteban Landa, Gerardo Delgado, Natividad Elías, Uvaldo Toral y Matías González.
Según información de autoridades del gabinete de seguridad federal y del gobierno de Guerrero, la captura de los policías se llevó a cabo a través de "trabajos de inteligencia" efectuados por agentes federales.
Los servidores públicos son investigados por vínculos con la organización criminal "Guerrero Unidos", así como por su participación en la agresión contra los normalistas del 26 de septiembre, donde fallecieron seis personas y 42 jóvenes fueron víctimas de desaparición forzada.Con la aprehensión de los diez elementos, suman 58 policías (de Iguala y de Cocula) que por el momento han sido capturados por los acontecimientos que se registraron en Iguala.
En este caso, en el que hay 90 personas detenidas como presuntos autores materiales e intelectuales, hasta el momento los restos de Alexander Mora, uno de los 43 normalistas entregados por policías de Iguala y de Cocula a "Guerreros Unidos", son los únicos que han sido identificados por medio de pruebas de ADN. De acuerdo con declaraciones de algunos detenidos, los normalistas fueron llevados al basurero de Cocula, en donde fueron quemados; después sus restos fueron arrojados en bolsas al río San Juan, en ese municipio.
Fue en ese río donde la Policía Federal localizó la bolsa con los restos óseos que, al ser comparado el ADN con el de los familiares, se confirmó que eran de Alexander.