Panorama. Expertos señalan que ante la falta de un sistema de protección a menores, se debe pedir ayuda.
Ante la falta de un sistema efectivo para que los niños centroamericanos detenidos en México tengan acceso a protección internacional, el Gobierno debería permitir más personal del ACNUR, planteó el director del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad de Georgetown, Andrew Schoenholtz.
En un foro sobre la ola de niños centroamericanos detenidos en México desde 2014, el especialista dijo que el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), podría entrar a México para procesar casos y garantizar el acceso a distintos estatus de protección internacional como refugio o asilo.
"Va a tomar un período significativo para que México en sí mismo -y entendiblemente- construya un sistema de protección (para los menores migrantes) pues en este momento no tiene uno", dijo Schoenholtz.
"Normalmente lo que se hace en esas situaciones en países que no tienen un sistema de protección funcionando es llamar al Alto Comisionado", aseguró.
Apenas en septiembre, el ACNUR expandió su presencia en México con una oficina en Tabasco, pero para Schoenholtz es necesaria una misión de ACNUR que apoye en las labores.
Según cálculos del MPI, que utiliza estadísticas del Instituto Nacional de Migración (INM), México deportó a 16 mil 201 niños provenientes de Honduras, El Salvador y Guatemala durante el año fiscal estadounidense de 2014, lo que es un récord.
Para los especialistas, uno de los principales obstáculos es que la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) únicamente cuenta con 15 oficiales para hacer entrevistas a las miles de personas que pueden ser sujetas a la protección internacional, según datos del propio Gobierno mexicano.
Presente en el foro, la directora de Protección de Mexicanos en el Exterior de la Cancillería, Reyna Torres, reconoció las carencias del sistema mexicano, pero aseguró que la entrada de una misión de ACNUR a la región debería incluir incluso territorio estadounidense.