La característica de esta nueva época es que no es fácil entenderla: Complicada, nueva, globalizada, ha dejado atrás las grandes ideologías que daban sentido a la vida, y se ha atomizado en pequeñas historias aisladas sin tener una llave maestra para unificarlas; hemos visto caer estructuras caducas, pero aún no acabamos de entender las piezas nuevas de esta nueva cultura, porque además estas estructuras apenas se están perfilando entre brumas, se están construyendo sin nuestra participación, manipuladas por poderes nefastos para satisfacer intereses de unos cuantos; las tendencias post-modernas de Intimismo e individualismo, afectados por el sentimentalismo y el relativismo nos están aislando y nos están desinteresando de la vida comunitaria y de ideales sociales.
Pero como si no fuera suficiente este reburujo, tenemos profesionales en reburujar más las cosas con ideologías erróneas, baratas, superficiales, a veces con errores involuntarios, pero las más de las veces con la intención de engañar, someter, manipular y explotar. Ayudados, confabulados con los medios masivos de comunicación que pretenden satisfacer con alimento chatarra el hambre de nuestro espíritu. Acostumbrados a eso hemos olvidado cuestionar, corregir, comparar, analizar.
La educación tampoco ha ayudado. Centrados en luchas de poder, el gobierno y los sindicatos sólo buscan sus intereses y pactan a su conveniencia olvidándose de los niños y de los principales responsables de la educación que son los padres de familia. Esto trae por consecuencia mucha ignorancia y poca capacidad de juicio y de crítica de los educandos.
La flojera, el paternalismo y la ignorancia nos han hecho idiotas, encerrados en nosotros mismos (eso significa la palabra originalmente), desinteresados de los asuntos públicos; peor que idiotas, pues hemos renunciado a nuestra capacidad distintiva de seres humanos para permitir a otros decidir sobre cosas nuestras, creyendo ilusamente que velarán por nosotros y nuestros intereses.
No es fácil salir de esto. Nos hemos enviciado en el consumismo de "chatarra" para nuestro espíritu; que no nutre, pero que es más fácil de "tragar" y "digerir". No queremos esforzarnos, no queremos pensar, no tenemos elementos de juicio, el entorno es muy complicado, la situación está llena de recovecos, hay terminologías nuevas, conceptos profundos y situaciones complejas; un ejemplo es esta columna que al invitar a pensar y pensar, es diametralmente contradictoria a nuestra aspiración dominical de reposar el cuerpo, la mente y el espíritu. ¿Para qué? ya tenemos un nuevo Moisés con sus 10 mandamientos. Abundan los "Mesías" que ofrecen cambiar el mundo, el país y la región; en la publicidad se ofrecen productos milagro que nos dejarán "completamente satisfechos", en la economía todo va a cambiar, (¿Ahora sí? ¿Por qué no lo hicieron antes y por qué lo harán ahora si son los mismos y con los mismos métodos?) No tenemos memoria histórica para juzgar eso. ¡Qué flojera!; algunas religiones enajenantes contribuyen a este desinterés por conocer, juzgar y actuar en la cosa pública.; la magia y la superstición nos liberan de buscar causas, culpables y acciones efectivas.
Pero no podemos seguir así. La situación insostenible a nivel mundial, nacional y regional no puede dejarnos insensibles. Muerte, desempleo, corrupción, contaminación, injusta distribución de los bienes, pobreza, etc. tienen ya rostros concretos, víctimas que hemos llorado, porque son nuestras o porque somos nosotros. El pensar es parte de la actividad de la conciencia que nos lleva a discernir las opciones mejores para realizar el cambio deseado. El esfuerzo tendrá que estar lleno de la sagacidad y la sabiduría propias del mexicano, ya que deberá descubrir las trampas encerradas por la manipulación de la información en los medios. Tendremos que saber ver más allá de la cara bonita y del tono bonachón, la argucia y el engaño. Discernir en los líderes de opinión cuales traen consigna, cuales están pagados, leer entre líneas, ya que en este país los que pueden decir algo los censuran con violencia, con dádivas, o simplemente se autocensuran. Descubrir las trampas de la publicidad, de campañas, de informes gubernamentales y municipales, de datos "oficiales", corroborar fuentes, no creer todo, comparar, cuestionar los excesos, revisar las cuentas, exigir, participar. ¿En dónde situar a los políticos, partidos, candidatos, activistas, ONG→ s y ciudadanos particulares de nuestra región? ¿Qué intención escondida tiene tal o cual junta, campaña, comida, dádiva, reunión, encuentro, conferencia o publicación? ¿A que obedecen los cambios? Por ejemplo: ¿Qué tanto va a promover la participación social y la reducción de la violencia el nuevo encargado en los últimos cambios del gabinete (del partido Verde)?
Nuestro estado está convulsionado por las precampañas de candidatos a gobernador. ¿Podemos ya intuir, oler y sacar conclusiones de muchas de los acontecimientos sociales, políticos y económicos en nuestra región Lagunera de Durango? La burra no era arisca, pero la hicieron.
Cuando la ciudadanía decida pensar, podrá entonces fundamentar su actuación política con sabiduría y mejorar con su intervención. No habrá quien pueda detener la acción de una ciudadanía que ha decidido ser la protagonista, quitando a cuantos tengan intereses contrarios al bien común amparados en la idiotez de la ciudadanía.
La falta de espíritu crítico y de una conciencia ciudadana bien formada es la base del modelo actual. Ellos mismos promueven la idea de que ser político es malo, siendo que, al contrario, es una de las mejores maneras de amar efectivamente. El desempeño de cada uno en la sociedad es una obligación y privilegio irrenunciable que nos llama a todos a la corresponsabilidad y a dejar de ser zombis. Nuestra querida región Lagunera merece una reflexión profunda y organizada que nos libre de los hilos que nos mueven como títeres. Nos debe conmover tantos laguneros sin empleo, sin servicios dignos de transporte, salud, educación, alimentación y vivienda. Diagnosticar correctamente será el primer paso de una curación de nuestra sociedad enferma, decidir con inteligencia, planear con prospectiva, elegir con conciencia, participar con motivos válidos y no por acarreo. La tolerancia, el diálogo, la objetividad la humildad y la creatividad serán valiosas herramientas en esta difícil tarea de pensar y organizar eficazmente nuestras decisiones.
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