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Piénsale, piénsale

Con el apagón, ¿qué cosa sucede…?

ARTURO MACÍAS PEDROZA

La fecha límite para terminar el cambio de transmisión de la señal de televisión de analógico a digital en el país es el 31 de diciembre de 2015, en La Laguna sería el último día de este mes.

Sin embargo el Congreso de la Unión está queriéndolo prolongar un año más porque ocho millones de mexicanos se podrían quedar sin señal televisiva. ¿Sería muy grave eso?

Aunque se argumenta que no quieren dejar sin señal a nadie, lo hacen ver como si fuera a pasar una gran desgracia a la población si no puede hacer el cambio, siendo más bien las televisoras y la estructura política en el poder los que saldrían perdiendo mucho más: El control que tienen los poderes a nivel nacional usa entre otras cosas los medios, para el mantenimiento de la ignorancia, la falta de participación y la ausencia de crítica y conciencia ciudadana.

Para muchas familias humildes la manera más económica de diversión es la televisión y son ellos los principales beneficiados con este "bendito apagón", pues → podrían caer en la tentación de abrir un libro, a hablar y comentar en familia, a cuestionar y a analizar lo sucedido, a salir a un espectáculo cultural, y en general a descubrir o redescubrir otros modos de diversión y esparcimiento. El placer del dominó, la lotería, las cartas, el juego en la calle, la música… también podrían descubrir opciones tecnológicas diversas a la televisión. El apagón podría ser paradójicamente iluminador.

El hecho de que por un tiempo no se contara con acceso a la televisión abierta, podría ser en otras circunstancias una desventaja para la población si de verdad la televisión cumpliera su cometido social. Pero viendo la calidad de la programación que el duopolio televisivo tiene y su alianza con los poderes fácticos que la utilizan para torcidos propósitos, la verdad sería una ganancia.

Además el cambio a la televisión digital, que en otras partes del mundo ya se ha realizado desde 2005 y se tenía el compromiso de hacerlo aquí en México desde 1912, tiene grandes ventajas como más opciones televisivas, mejor calidad de imagen y otros servicios que la televisión análoga no puede ofrecer.

¿No será que quieren seguir el mayor tiempo posible con la manipulación de masas? Hay un gran sector de la población que utiliza otros medios de comunicación. Pero son aún muchos, sobre todo la población de bajos recursos (y que es la más fácilmente acarreada, explotada y engañada políticamente) la que aún utiliza este medio como algo fundamental.

En disputa con el diario "Reforma" que denunciaba una presión en el Congreso por parte de las televisoras (Azcárraga y Televisa en concreto) para posponer el cambio al sistema digital, éstas niegan que quieran influir en la opinión de los legisladores y que si lo hacen será por ellos mismos y sin presiones, cosa que es poco creíble, dado que es conocido el contubernio que las une. Si la televisión análoga es más conveniente para sus propósitos, es factible que puedan lograr posponer el cambio ya anunciado, aunque para ello tendría que hacerse algo similar a una modificación constitucional, para cambiar la fecha límite para efectuar completamente el cambio al sistema televisivo digital, que en la ley transitoria se señala el último día del año 2015. (Artículo XIX de la Ley Federal de Telecomunicaciones).

Hay un apagón que no necesita una modificación. El de nuestro dedo. Si la televisión no cumple con su cometido social podrá ser sancionada con el poder del televidente que puede dar el apagón cuando quiera. Es seguro que entre el 10 y 14.3 % de la población de Monterrey que se quedó sin señal al aplicarse el apagón analógico, sacó más beneficios que daños. Tal vez probó la libertad y le gustó. ¿No será eso lo que temen los que pretenden prorrogar el cambio? ¿Los beneficios importantes que representa tener más canales y mejor calidad de imagen no justifican ese porcentaje de quienes no puedan hacer el cambio?

Tenemos derecho a las comunicaciones, pero no de cualquier tipo. La televisión es importante para ello pues no sólo es el "cine en casa" sino que la característica principal radica en la comunicación y participación inmediata: nos pone en contacto con un episodio como lo es el huracán Patricia, pero no como espectáculo, como algunos medios lo están explotando, sino como un informe instantáneo y efectivo entre los que están viviendo el acontecimiento y los espectadores en una transmisión simultánea. La contemporaneidad de la participación asegurada por el medio técnico televisivo, inserta al espectador con las circunstancias, se hace presente, ve y se siente solidario con él. Mueve al telespectador hacia el hecho presentado, lleva a ensimismarse con el acontecimiento en forma realista, elocuente. La objetividad de la noticia es de esencial importancia en la exposición televisiva.

La televisión puede ser un vehículo útil y pronto para la transmisión fiel del mundo que nos rodea. Es una "ventana abierta al mundo" pero cuando los cristales modifican intencionalmente las imágenes de esa ventana, pierde la espontaneidad e inmediatez que la define. Cuando son demasiados los intermediarios y las manipulaciones, "la transmisión en directo" deja de serlo.

El público sabe apreciar el significado y la actitud moral que se esconde tras la información que se da, y requiere del informador mantener una atención constante, indiscriminada e imparcial. Los medios de comunicación social tienen un papel determinante en la sociedad actual, pues desempeñan una triple función social: informar, divertir y formar. A causa de esta enorme responsabilidad social, se requiere sujetarla a control y crítica. Gobierno y ciudadanos debemos vigilar que esto se respete. Si los medios desinforman manipulando la verdad, de acuerdo a sus intereses, si fomentan la inmoralidad y los van contra los valores, desintegran el tejido social y envenenan la mente, las emociones y el espíritu.

¿La televisión llegará a sustituir al periódico? No veo como se pueda matar una mosca con un televisor, pero si es cierto que su influencia aún es muy grande en nuestra sociedad e influyen en los aspectos económicos, políticos y culturales. Es necesario saber ser críticos, y descubrir las intenciones escondidas.

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