Pilsen (República Checa), además de su tradición cervecera, tiene mucho que ofrecer. (ARCHIVO)
Cada año, el Parlamento Europeo designa una o dos ciudades con el título de Capital Europea de la Cultura, con el fin de apoyar a dos destinos para que presenten ante el mundo todo su acervo cultural.
Antes de que empiece su “reinado”, los sitios elegidos suelen desarrollar una serie de programas culturales y de infraestructura para recibir los cientos de espectáculos y visitantes que conlleva el nombramiento.
Las actividades cuentan con la participación de delegaciones de otros países que despliegan lo mejor en cine, teatro, música, artes plásticas, literatura y tradiciones. Las calles, teatros y espacios públicos son ocupados por artistas que hacen suyo cada uno de los rincones.
Fue en 1985 que en Europa se creó el concepto de la Ciudad Europea de la Cultura; la primera fue Atenas, Grecia.
A partir del año 2000, nació el nombramiento actual: Capital Europea de la Cultura.
Para 2015, el honor fue para las ciudades de Pilsen, en República Checa, y Mons, en Bélgica. Estos lugares compitieron con otras localidades de su país y sobresalieron por sus programas de desarrollo cultural, arquitectura, patrimonio e historia. Las siguientes sedes para 2016 serán Breslavia, en Polonia, y San Sebastián, en España.
Pilsen tiene previstos para este año más de 50 espectáculos y 600 actividades. El corazón del festejo será la Plaza de la República, pero se extenderá por varias calles y museos, hasta su moderno Nuevo Teatro. Además, se rescataron espacios industriales abandonados y se les dio nueva vida como galerías de arte.
Esta es una muy buena oportunidad para que Pilsen muestre con orgullo su tradición cervecera, pero también es el momento de demostrar que tiene mucho más que ofrecer.
Mons no se quiere quedar atrás. Esta pequeña ciudad con tradición minera, ha decidido tomar como temática de su celebración los trabajos del pintor neerlandés, Vincent Van Gogh, y del poeta francés, Paul Verlaine, que desarrollaron gran parte de su obra en la localidad.
La ciudad belga tiene planeadas más de mil actividades, 300 de ellas culturales. Para ello, ha trabajado en conjunto con otras localidades, como Bruselas y Brujas, y con otros destinos, incluyendo los franceses Lille y Valenciennes.
