Gastos. El Senado aumentó sustancialmente su gasto en asesores durante el presente año.
El Congreso debe revisar la manera en que los legisladores contratan asesores para evitar que año con año se incremente su número y los recursos que se emplean para pagar su salarios, consideraron los diputados Federico Döring y Clemente Castañeda.
Döring, vicecoordinador de la bancada del PAN en San Lázaro, indicó que ese incremento en el número de asesores, se debe, entre otras cosas, a que los legisladores prefieren contratar a personas de su equipo en lugar de recurrir al personal especializado que pertenece al sistema civil de carrera del Poder Legislativo.
"En el Senado existe (el servicio civil de carrera), lo que pasa es que los senadores son más proclives a jalar gente de su equipo político que a trabajar con gente que está capacitada pero que no tiene lealtad partidista", señaló.
Se publicó ayer que para este año el Senado tiene presupuestado gastar 743 millones de pesos en asesores, lo cual es un incremento de 6.5 por ciento respecto de los 697.6 millones de pesos erogados en 2014, en tanto que el número de asesores creció en los últimos tres años de 440 a 887.
Castañeda, coordinador del grupo parlamentario de Movimiento Ciudadano en la Cámara de Diputados, dijo que el esquema mixto de asesores de confianza y personal especializado en el Congreso es conveniente, pero se deben establecer reglas de contratación y tabuladores para el pago de salarios.
"Lo que creo que hay hacer en conjunto es disminuir el gasto corriente de los propios cuerpos legislativos y tratar de reducir la nómina, eso me parece que es obligado.
"Además, hay que erradicar la discrecionalidad en términos de la contratación y el manejo de personal; habría que privilegiar perfiles, experiencia y sobre todo tener criterios para darle orden a la contratación, quiero decir, homologación de salarios y una especie de tabulador que permita también fijar las condiciones de la contratación", propuso.
Döring dijo que el Congreso debe cambiar el esquema actual sobre el cual funciona, que es que los legisladores son más importante que la institución, cuando es esta última la que debe tener preeminencia y en este sentido se tendría que privilegiar la conformación de un cuerpo permanente de asesores, más que la contratación discrecional que se da en cada legislatura.
"De tal suerte que el asesor no sea mi amigo o mi compañero de partido, sino que simplemente yo le pueda pedir --como en la Cámara de Diputados a los centros de opinión-- que me den la información para que yo presente mi iniciativa, pero es una migración natural a un régimen de reelección parlamentaria que hoy día no existe", apuntó.