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PLAZA LAGUNERA

Un deseo llamado trencito

El pasado 27 de diciembre se inauguró la maqueta-ciudad en el hogar de Jesús Rodríguez Flores y señora María de Jesús Rivera de Rodríguez, con presencia de miembros de la Asociación de Ferroaficionados de La Laguna.

El pasado 27 de diciembre se inauguró la maqueta-ciudad en el hogar de Jesús Rodríguez Flores y señora María de Jesús Rivera de Rodríguez, con presencia de miembros de la Asociación de Ferroaficionados de La Laguna.

HÉCTOR RAÚL AVENDAÑO
"Suave Patria, tu casa todavía es tan grande, que el tren va por la vía como aguinaldo de juguetería."— Ramón López Velarde

Seguramente, el excelso poeta mexicano oriundo de Jerez, observó en los escaparates o aparadores de las grandes tiendas del Centro Histórico de la Ciudad de México el minúsculo tren que, como atractivo comercial -desde los albores del siglo pasado-, corría sobre la vía, entre montes y valles, que le inventaba una multicolor escenografía.

Los trencitos eléctricos y los proyectores de cine "caseros" constituyeron, en los años cuarenta y cincuenta de nuestra lejana infancia, una imborrable fantasía. Eran los tiempos en que los juguetes más comunes -para los varones- eran unos carritos (automóviles o trenes) fabricados con lámina, madera o plástico, y bastaba un cordón para jalarlos; en el mejor de los casos venían dotados de un mecanismo de cuerda que les daba un aire de automatización.

Los convoyes ferroviarios (marca Lionel, fabricados en EE. UU.) eran privilegio de los niños y también -¿o más bien?- de los adultos de las familias pudientes, muy particularmente, las de los maquinistas y altos empleados de Ferrocarriles. ¿Quién en la edad de la inocencia no abrigó el deseo de ver correr, sobre un circuito de rieles en la sala de su hogar, una locomotora de vapor tirando de una hilera de carritos prestos a transportar: Pasajeros (en primera o segunda clase) o animales y productos en: Góndolas, tanques, rejas, cajas, plataformas, que culminaba con el romántico kabús?

Pues les diré, amables lectores: Un singular grupo de adultos con marcada traza de infantes o, para mejor describirlos, un puñado de niños con inocultable apariencia de madurez y pelo en pecho, se han propuesto, desde hace algunos años, cristalizar deseos insatisfechos arrastrados desde la edad de los pantalones cortos sostenidos con tirantes, y en su oportunidad han quebrado el "cochinito" para comprar su trencito eléctrico. Entiéndase, para ellos, no para sus hijos o nietos. ¡Que quede bien claro!

Una vez armados con el objeto del deseo bajo el brazo, nuestros neoinfantes, se agruparon en lo que desde 2001 se conoce como Asociación de Ferroaficionados de La Laguna (AFL), y apelando a su capacidad de inventiva pusieron manos a la obra construyendo sus propias instalaciones ferroviarias (maquetas), donde domingo a domingo corren vertiginosos los "gusanitos" de acero que les han devuelto el aliento suspendido desde hacía muchos ayeres: "Hasta que usé una Máquina Diésel me sentí a gusto", parafraseando el eslogan de las camisas Manchester.

La AFL ha tenido diferentes sedes, tanto en Gómez Palacio como en Torreón, ciudad ésta donde actualmente se reúnen religiosamente los fines de semana: Juan García Yáñez, Jesús Rodríguez Flores, Francisco Aguirre Pacheco, José Mauro Aguado González, Raymundo Villarreal Sepúlveda, Víctor Manuel Wong Licerio, Alfredo Ortega Tovar, José Alberto Moreno, Jorge Alberto Moreno Velásquez, David Méndez Reyes, Leonel Rentería Rodríguez, David Marentes, Daniel Alejandro González Pérez, Daniel García Torres, Jahír López, Roberto Ibáñez, Raúl y Ricardo Lamas, Germán de las Casas Vielma, Ernesto X. Gutiérrez, Abraham Alanís, José Humberto Niño, Víctor Rico, Víctor González, Beat Hauser, Alejandro Ahumada y Héctor Raúl Avendaño.

Entre los muy distinguidos miembros de AFL sobresale don Jesús Rodríguez Flores, quien desde 2001 año con año para el mes de diciembre instala, en su hogar ubicado en la ciudad de Gómez Palacio, una maqueta que replica con vida propia una ciudad moderna, configurando en esencia una auténtica joya de ingeniería que conjunta, en una área de 8.5 metros cuadrados, una amplia gama de elementos urbanos y suburbanos donde, por supuesto, circula majestuoso el ferrocarril a través de su patio de maniobras, estación, talleres y casa redonda.

Chuy Rodríguez, como afectuosamente se le identifica entre los amigos del minirriel, a la fecha goza de su jubilación por parte de Comisión Federal de Electricidad, empresa en la que laboró durante treinta años en oficinas administrativas y donde merced a su don de gentes y capacidad fungió como secretario general de la sección 160 del SUTERM (1986-91); es además un enamorado de los automóviles, trenes y objetos en escala, que en sus manos cobran vida, se transforman y se reinventan al influjo de su inagotable creatividad.

La mágica maqueta-ciudad de Chuy, que cuenta con sistema de alumbrado público (digno de envidiarse por cualquiera de nuestras ciudades laguneras), luce entre sus instalaciones: Iglesia, escuelas, industrias, talleres, comercios, estación de bomberos, hospital, Cruz Roja, circo, parque de juegos mecánicos, campo militar, central camionera, gasolineras, negocios de comida rápida, suburbios con granjas, yonque, panteón, sin faltar los bulevares con sus anuncios espectaculares, pasos elevados, túneles y en general todo servicio que ofrecen las urbes modernas. ¡Una maravilla visual para quienes nos resistimos a dejar de ser niños!

Los trenes en escala, así como los elementos que integran las maquetas (personajes, instalaciones, vehículos, infraestructura urbana, animales y ruidos propios del ambiente citadino), se consiguen en tiendas especializadas, en el país del norte, nacionales y a través de Internet, conformando un universo incalculable en calidad y variedad. Los integrantes de AFL, independientemente de que adquieren en paquete sus requerimientos para aprovechar las atractivas ofertas, ellos mismos, son creadores de elementos que se ajustan a los modelos locales y nacionales, y en ocasiones intercambian o comercian sus productos con miembros de asociaciones hermanas de otros estados de la república. La creatividad es el resorte emotivo de esta singular afición por el amado ferrocarril.

Y, no para ahí la cosa, nuestros amigos ferromodelistas se la viven como Gulliver, oscilan, repartiendo su tiempo entre el país de los enanos y el de los gigantes. Los domingos por la mañana, se congregan en la sede de AFL para darse vuelo viendo correr sus trencitos en la pista gigante de la Asociación, y entresemana, se organizan en grupos para apostarse frente a las vías férreas a presenciar el paso del formidable invento de George Stephenson, sentir el trepidar de la tierra al ritmo de la sinfonía de fierros en fricción y disfrutar del colorido de las interminables hileras de carros tirados por, hasta tres, locomotoras que dejan en el aire un aroma de diésel en combustión. ¿Quieren más afición y apasionada entrega en el gusto por la vida, mis queridos lectores?

Sin menosprecio de los actuales instrumentos electrónicos de comunicación y de juego, que disponen de la inmensa galaxia de información que atesora el Internet, que bien utilizada no tiene punto de comparación con ninguna herramienta surgida hasta la fecha, los juegos de tiempos pasados como el Meccano modelaban la mente y la personalidad del niño abriéndole ventanas al conocimiento y la investigación, que en muchos casos desde temprana edad le vislumbraron su propia vocación. El tren eléctrico en escala encierra en sí mismo el embrujo de la curiosidad.

El principal impulso de todo ser vivo es satisfacer su deseo natural de subsistencia. La preocupación fundamental del ser humano es conseguir la felicidad en todos los órdenes. Satisfagamos nuestros deseos sin violentar la vida de los demás. Es deseo de este su cronista y amigo que el año que comienza sea rico en realizaciones y que los deseos insatisfechos y la paz en el mundo encuentren cauce en este 2015. Nos encontramos pronto D. M. Agur.

P.D. La Asociación de Ferroaficionados de La Laguna (AFL) atiende solicitudes de información en el correo electrónico: jugaya@hotmail.com. Por su parte don Jesús Rodríguez Flores, en su correo: jesusrdzf@hotmail.com

hravendano472003@yahoo.com.mx

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