La alegría volvió a ser el sentimiento final en la casa de los Guerreros. Noche de viernes, noche futbolera, así lo entienden ya los laguneros que desde horas antes del inicio del partido se instalan en los estacionamientos del TSM con sus asadores, bebidas y hasta música en vivo. Eso nunca falla, y en esta ocasión el equipo tampoco quedó mal, haciendo la noche redonda.
Así como entre los jugadores santistas hubo tensión y algún altercado durante la semana, también entre los aficionados se caldearon los ánimos antes de comenzar el juego ante los Jaguares, pues las fuerzas policiales debieron desalojar a aproximadamente cinco fanáticos que peleaban desde antes del silbatazo inicial, incluso una dama apareció entre quienes debieron ver el partido desde los separos.
Pero quienes sí pudieron ocupar sus lugares dentro del nuevo Corona, vaya que disfrutaron en grande, pues en 23 minutos fueron testigos de cuatro goles, arrancando las emociones de la grada, aunque el marcador reflejaba la igualada, lo que causaba cierta incomodidad en los aficionados, quienes siempre tuvieron la mirada puesta en Matías Vuoso, uno de los muchos hijos adoptivos de esta región y que estaba de regreso en su segunda casa.
Matías hizo el primero para su equipo y no festejó, la que sí lo hizo fue la afición, quien aplaudió el gesto respetuoso del "Toro". Rentería volvió a marcar y se sacudió "la sal" una vez más para tratar de alejar a los fantasmas que no lo dejan tener la puntería fina. Se marcó el penalti para los Jaguares y la grada pedía a gritos que lo cobrara Vuoso, pues aún no sana esa herida del fallo en la final contra Toluca en la Bombonera.
El ritual del "Topo" Rentería funcionó y tuvo un gran segundo tiempo, redondeando su doblete con gran recepción para definir cara a cara con el "Matute" García, y todavía le quedó magia en los botines para mandar un gran servicio a la cabeza del "Chupón" Aldrete, quien con excelsa ejecución consiguió estrenarse como goleador con los Guerreros.
Aunque los visitantes pusieron en aprietos por momentos a Marchesín a pesar de jugar con un elemento menos, no se sintió el nerviosismo de otras noches, pues los dueños de casa mostraron mayor solidez y convicción de querer estar en la liguilla. En el colofón del juego cayó la tercera anotación felina, pero no pasó mucho tiempo para que sonara el silbatazo final y el suspiro de alivio en la grada fue secundado por la algarabía del festejo, que salió del pecho de los laguneros luego de dos meses de espera en casa.
Nuevamente, la lluvia presagiaba lo peor para los aficionados en el Estadio Corona, que finalmente pudieron disfrutar de una victoria de su equipo.