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POSDATA SECRETARIAL

UNA APARIENCIA IMPECABLE

Profra. Pilar D. R. de López

La joven con un aspecto fresco, pulcro, va un paso adelante en el mundo de los negocios.

Una empresa es la gente que trabaja para ella; y la apariencia de esa gente con frecuencia influencia el punto de vista del público respecto a la negociación. Plantas exóticas, hermosos cortinajes y muebles de oficina modernos tienen poca importancia para el cliente que se enfrenta con una recepcionista con ojos adormilados y cabellos despeinados.

Nadie puede negar que un buen acicalamiento requiere de cierta disciplina. Todos los detalles marcan la diferencia; una pequeña rotura, la falta de un botón o una bastilla descosida necesitan enmendarse al igual como se atienden los detalles del trabajo.

A una ejecutiva de una importante empresa se le pidió que describiera su punto de vista respecto a la apariencia acicalada de una mujer de negocios. Ella dijo: "Nosotros no podemos dirigirnos a una joven para que corrija su aspecto: su peinado, su manera de vestir. Tan sólo buscamos alguna manera de despedirla".

Sus requisitos eran razonables: la ropa que esté limpia y nítida, atención a los detalles, atuendos apropiados para la oficina -no demasiado vestidores, despampanantes o en estilos exagerados. Ella enfatizó la importancia de que los trajes que se usen estén de acuerdo al lugar de trabajo, la localidad (ciudad chica o grande por ejemplo) y el número de personas del exterior que tienen contacto con ella. Es cuestión de desarrollar lo que se llama "sentido de la moda".

El sentido de la moda, contrario a una buena voz o una aptitud para los números, no es un don con el que se nace, pero puede adquirirse. Tu gusto puede afinarse por medio de un cuidado constante y un análisis de lo que es la moda apropiada. Estudia las revistas de modas y los anuncios de prendas de vestir, ve los aparadores y examina la manera de vestirse de otras mujeres cuya apariencia admiras.

La esencia del buen gusto es la sencillez -pero con un dejo de sagacidad- pero siempre sin ostentación. Un atuendo de oficina de buen gusto nunca es recargado, alardoso, nunca ofensivamente revelador en corte o acabado.

Ante todo recuerda que la moda no es una reproducción de cierta cualidad indefinida que se llama "estilo". Más bien es un reflejo de todas esas cosas positivas de tu propia personalidad que tú deseas proyectar y que tus compañeros de trabajo están esperando reconocer en ti. Una actitud competente, profesional, y un agradable trato causará a las personas una impresión positiva y duradera de ti y no la que les pueda causar tan sólo la ropa que llevas.

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