Todos tenemos intuición. Tú no sabes cómo llegas a darte cuenta de algo. Es magia. Es tan sólo que la intuición procesa la información que no se adquiere conscientemente, que pudo haber sido almacenada en el pasado o adquirida subliminalmente.
MISTERIO O MAESTRÍA. Algunas situaciones provocan suspicacia, sin embargo, pueden ser explicadas en retrospectiva.
RADAR DEL MIEDO. Usamos todos los días nuestra intuición para evitar el peligro, dándonos cuenta o no. La intuición por definición es saber algo, así pues, tu intuición en sí nunca está equivocada. Únicamente parece inexacta cuando nos guiamos por lo que pensamos es intuición; pero realmente se trata de otro impulso o instinto. La intuición siempre nos lleva por el camino correcto. Tan sólo se requiere que aquietemos nuestra mente para así poderla oír.
AFINACIÓN DE LA INTUICIÓN. La intuición no es algo que tú quieres que suceda. Pero hay maneras de impulsarla. Aquí está cómo hacerlo:
CONOCE TUS TEMORES Y DESEOS. Estos pueden disfrazarse como intuición. Algunas veces una muchacha puede convencerse a sí misma que su intuición le está diciendo que el galán que la está acompañando es el indicado para ella o acalla su intuición porque le está diciendo lo que no quiere oír.
RASTREA TU INTUICIÓN. Necesitas familiarizarte con tu intuición para poder saber a cuáles latidas debes poner atención. Lleva un recuento mental de tus corazonadas y lo que pasó cuando las seguiste o las desechaste.
IDENTIFICA TU ESTILO DE INTUICIÓN. Todas sentimos la intuición de diferentes maneras. Algunas personas experimentan un desasosiego físico, otras perciben un sentimiento vago. Si la sensación es persistente o si tienes alguna alteración física, como un dolor de cabeza, latidos en el estómago o se te pone la carne de gallina, es que la intuición está clamando que la atiendas.
AL FINAL CONFÍA EN TU PRESENTIMIENTO. La lógica es limitada cuando se trata de la intuición. Algunas veces el presentimiento es muy fuerte y no se disipa. La intuición es inquietante para las personas-no la entienden. Se requiere de agallas para seguir tus presagios.
Hay algunos ejemplos de mujeres que se han dejado guiar por sus latidos, ignorando las opiniones negativas. Confrontando la sabiduría convencional estas audaces mujeres sabían que sus ideas no aceptadas sí tenían sentido. Entre ellas está el caso de Cindy Crowford, la famosa modelo, que hizo de su lunar en la cara la marca de su éxito a pesar de que al principio de su carrera, en las publicaciones, lo borraban de su rostro.
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