Tu presencia hará que tus experiencias de trabajo sean más efectivas y placenteras. Aumentará tu afinidad y conexión con los demás y reducirá tu estrés. La presencia es una cualidad mágica difícil de definir. De hecho, es más fácil describir su ausencia. En otras palabras, se puede detectar en un instante la diferencia entre quién la tiene -y quién no. Una persona con presencia se dice ser carismática y magnánima-las personas son atraídas por su energía.
El tener una fuerte presencia consiste en estar centrado en sí mismo. Es enfocarse en la persona con quien habla.
Mucho del estrés que experimentamos tiene que ver con nuestras mentes que están en diferentes lugares al mismo tiempo. Estamos distraídos por nuestros pensamientos, intereses y preocupaciones. El estar presentes alivia el estrés porque nuestras mentes vuelven al momento en el que estamos. Empezamos a operar a un paso mental apropiado con una concentración casi perfecta y más relajados.
Cuando tienes presencia con otros, éstos te prestan toda su atención. Disfrutan tu compañía y se sienten importantes. Son cooperadores y rara vez presentan problemas, escuchan con atención lo que les dices. La presencia hace interesante cualquier intervención tuya. Sin ella, todo esto desaparece, la interacción se vuelve cotidiana, sin vida, aburrida.
Algunas veces conoces a alguien y piensas: "Hay algo especial en esta persona, pero no puedo precisarlo". Con frecuencia, ese "algo" es la presencia.
La manera de reforzar tu presencia es entender su valor. Haz un esfuerzo constante para no dejar que tu mente divague. Cuando te suceda, vuélvela a su lugar.
Trata de tener más presencia, considéralo como una meta valiosa que va a aparecer en tu vida -y siente sus efectos- no des un paso atrás.
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