Los buenos modales no cuestan nada; pero todos pagamos un precio cuando desaparecen. Aunque nunca podemos librarnos de cierta hostilidad, de la manera como nos comportamos y respondemos tiene un fuerte impacto en nuestras vidas.
Los buenos modales, según el profesor Pier Fiori, enfatizan el individualismo y la gratificación inmediata en la vida moderna y se alejan de la cultura de la cortesía. No ofrecen soluciones prácticas para responder a la rudeza del trato de todos los días. Los modales van más allá de cómo escoger los cubiertos, se enfocan más bien, en cómo relacionarnos con los demás en la vida diaria y manejar cualquier situación hostil con asertividad y confianza.
Las situaciones más retadoras son aquéllas en las que nos sentimos tratados injustamente, porque las injusticias tocan un nervio que nos hace reaccionar, algunas veces, con violencia. Tener confianza, seguridad y convicción, es lo que necesitamos para manejar cualquier situación hostil.
Según Fiori, todos somos creaturas de un acéano social y cuando aprendemos los buenos modales, aprendemos a nadar; por lo que proporciona las siguientes reglas para una vida ordenada:
BAJA TU VELOCIDAD
La bondad requiere de tiempo, sin ésta, la grosería, el sarcasmo y la crítica denotan nuestra conducta.
ESCUCHA LA VOZ DE LA EMPATÍA
Estando consciente de los demás, es cuando la voz de la empatía se escucha.
RESPETA A LOS DEMÁS
Piensa en todos tus contactos; con esta perspectiva propiciarás la comunicación y la armonía.
PREGUNTA, NO AFIRMES
Al afirmar categóricamente puedes sonar autoritario, irrefutable. Olvídate de los términos "Debería de" o "quiero que usted". En su lugar lo correcto es decir: "¿Qué piensa usted…?" O "¿No le gustaría a usted…?".
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