Promocionan el turismo culinario

Pronto será tiempo de vacacionar y visitar Mazatlán puede ser una opción ideal, ya que este puerto no sólo se reduce a disfrutar sus playas, los deportes acuáticos y su ambiente tranquilo, sino a conocer de cerca las preparaciones únicas de alimentos a base de mariscos, comida gourmet y la cocina heredada por generaciones, pero sin perder su esencia original de los sabores del sur de Sinaloa.

La visita hecha a este puerto del país permitió no sólo conocer lugares turísticos para descansar como la Isla de los Venados, conocer la Marina, hospedarse en el hotel Misión o visitar la plaza Machado, en pleno centro de Mazatlán, sino también hacer un recorrido en gastronómico, a lugares que tienen algo único en sus platillos, ambiente o con personajes sin igual en un pueblo cercano como El Quelite, La Mazatleca y en El Presidio.

EL MESÓN DE LOS LAUREANOS

Si se visita el puerto hay que dejar un día para conocer El Quelite, una comunidad que queda a pocos minutos de la zona hotelera y que se puede conocer en coche, tomar un camión o taxi.

En ese lugar se encuentra El Mesón de Los Laureanos (1998), un restaurante que pareciera como muchos, pero esto no es así. Basta con entrar al negocio y el comensal no puede dejar de mirar a todos lados para ver la decoración sin igual, muy campirana, con fotografías de visitantes, cuadros, pero sobre todo apreciar que es un lugar que invita a quienes llegan a desayunar o comer la comida típica de la zona.

Rodeada de vegetación, de grandes ciruelos, de plantas de ornato, de iguanas en las tejas, gallinas, chachalacas, entre otros animales caseros, quienes caminan por doquier, los visitantes pueden verlos y disfrutar todos los alimentos que se preparan con productos que el pueblo provee, tanto huevo, carne, verduras, chorizos, tortillas, quesos, entre otros.

En fin todo hecho a mano, por gente que es de la comunidad y que trabaja desde siempre en el restaurante. Más que recomendarle un platillo en especial, comer tortillas calientitas, machaca o el cafecito de olla, lo mejor del lugar es también conocer a un personaje sin igual: el doctor Marcos Osuna, propietario del negocio y el conocerlo para muchos es algo único.

Algunos le dicen el Güero, pero el doctor Osuna tuvo que decidirse entre la medicina y el restaurante, por lo que optó por lo segundo, ya que consideró que el trabajo que ha hecho ha permitido ayudar a la comunidad a través del turismo.

El Quelite y el restaurante se ha convertido en un lugar muy visitado no sólo por mexicanos, sino por extranjeros, que buscan conocer de cerca como se ordeña una vaca o chiva, como nacen los pollos y patos, se ponen huevos, etcétera.

 BUSCAN OTRAS COSAS

El doctor Osuna dijo que gracias a que los visitantes ahora no sólo buscan las playas, sino conocer algo más, la cultura, gastronomía, la historia, cómo se hace la comida y la ordeña, pasar una noche campirana y conocer a la gente, ver las estrellas, el lugar se ha vuelto una opción a visitar para muchos, ya que en una semana llegan hasta cuatro mil visitantes, sobre todo en el fin de semana y en temporada baja.

Mencionó que aunque hay ocasiones en que es demasiado el trabajo que tiene y que se siente cansado, no puede dejar de trabajar por la comunidad y generar empleo y derrama turística. Algunos salones que se tienen se usan para realizar representaciones musicales del país y las tradiciones de la cultura mexicana.

Un ejemplo de ello es que entre semana trabajan en el negocio 35 a 40 personas, en fin de semana la cifra es de 80 a 100 personas. El personal aunque no tiene estudios de licenciatura, tiene una gran vocación de servicio y que son de la sindicatura y de El Quelite. Dijo que "vienen muchas personas de Torreón, Gómez Palacio, Lerdo, Saltillo, Acuña, Monclova, Juan de Dios, El Palmito, El Salto y Parral."

De acuerdo al propietario, éste comentó que lo que más le gusta a los visitantes es el panqueque, gorditas con nata, tamal colado, entre otros.

Dijo que El Quelite es un pueblo que está poniendo el ejemplo en el turismo cultural, pese a que no es un Pueblo Mágico, por lo que busca que los jóvenes estudien y se desarrollen para emprender un negocio propio, no para trabajar tendiendo camas.

Aunque al doctor Osuna no le interesa la política, tiene un gran compromiso con la comunidad y se nota en sus empleados que le tienen gran respeto en las órdenes que da, ya que igual atiende a los comensales, les da de comer a los pollos, patos y cóconos, como acude a ver el nacimiento de unos patos en un corral que está al fondo. A todos sus empleados los vio nacer, así que acatan de inmediato lo que se les pide.

 LA MAZATLECA, UNA GRAN DELICIA DEL MAR

Los emprendedores le están poniendo sabor a los nuevos negocios en México y un ejemplo de ello es el restaurante La Mazatleca en el puerto de Mazatlán.

La firma cumplirá un año de haber arrancado operaciones en el puerto y debido a que sus diseños son únicos ya contemplan abrir sucursales en las principales ciudades del país en 2016.

Cualquiera pensaría que el comer mariscos es algo que no tiene una gran diferencia de un puerto a otro, sin embargo Alan Zamudio Robles, chef ejecutivo y socio de este restaurante ha logrado, junto a tres amigos, darle un toque muy mexicano a los mariscos.

El comer enchiladas de mole tiene un sabor distinto cuando se les rellena de mariscos o bien el disfrutar de un salmón ahumado con una salsa de cítricos y espárragos, o tostadas de atún Dolores con una reducción de jamaica, provoca hace que el comensal lo disfrute y tenga un mayor gusto por las delicias del mar.

El joven chef dijo que la construcción de la supercarretera ha logrado acortar distancias de los laguneros, quienes gustan visitar y disfrutar los platillos que ahí se elaboran.

Dijo que las creaciones de los platillos son una firma propia y que no la encontrarán en otro lugar de la zona y del país. Egresado del Instituto Culinario de México en Monterrey, tuvo que migrar a esta ciudad del norte pues a que no se tenía localmente la carrera de licenciado de gastronomía, por lo que tuvo que dejar su hogar y entrar en la escuela en 2003.

 CON SELLO PROPIO

Cuenta con diez años de ejercer su profesión, por lo que unió talentos de su hermano y amigos para hacer algo distinto, un restaurante con un sello muy particular y con platillos que combinen el sazón de Mazatlán con otras recetas de otros países para crear platillos únicos en su tipo. Para 2016 tienen planes de abrir sucursales en las principales ciudades del país, como Monterrey, Guadalajara y el Distrito Federal. Destacó que los laguneros gustan de acudir al negocio para probar los platillos, destacando que los ingredientes que se utilizan son frescos y son recetas que no encontrarán en otro lugar.

Hospedaje

Las opciones de hospedaje son variadas y van desde un hotel boutique y uno de cinco estrellas.

En El Quelite los visitantes pueden rentar una habitación en un hotel boutique de la señora Martha Arámburo, propietaria, quien cuenta con habitaciones modernas, pero que también ofrece su casa para que la gente se sienta como en su casa.

La casa muestra la historia del pueblo, habitaciones grandes y mobiliario de época. Para quienes quieran disfrutar de una noche campirana, hospedarse en este lugar es ideal. Los interesados pueden marcar (669) 9654104.

Otra de las opciones que se conocieron de cerca fue el Hotel Misión, el cual cuenta con 64 habitaciones superior dobles, 47 superior King, 5 habitaciones Junior suites King y 1 habitación para discapacitados. Lo mejor que cuenta con playa junto al mar y alberca, gym, centro de negocios y restaurante.

Plaza Machado, un lugar sin igual

Una visita obligada para descansar y ver la otra cara de Mazatlán, sobre todo el Centro Histórico, es la Plaza Machado.

Sin duda cuando la comunidad, empresarios y autoridades trabajan en forma coordinada dan como resultado la recuperación de una zona que no pierde su arquitectura, sino que se mantiene y se usa ahora para la operación de negocios, de restaurantes y galerías.

La Plaza Machado rodeada de vegetación de la zona y de restaurantes que aprovechan las áreas verdes para poner mesas afuera y que todo parezca una gran fiesta.

En la plaza se pone música que armoniza el lugar, o bien los negocios contratan músicos para que se disfrute la comida. Sin duda un paseo que relaja, pese al intenso calor.

A pocos pasos se encuentra el restaurante El Presidio, un lugar recuperado y que en lugar de haber sido destruido, se aprovecharon las paredes de adobe y los grandes árboles para albergar ahí un restaurante gourmet. Se adorna con luces y peces y con una gran escalera que conduce a una terraza usada sólo en eventos privados.

Los platillos son únicos, sin duda, al igual que las bebidas y los postres. Lo único que falta es mejor aire acondicionado, pero es imposible al estar las mesas bajo los árboles.