Miles de personas salieron ayer a las calles de Sao Paulo para protestar contra el racionamiento de agua que se lleva a cabo desde hace algunos meses en esa ciudad, la mayor de Brasil, debido a la fuerte sequía que azota el sureste del país.
Esta vez la protesta puso el acento en los vecinos de la periferia de Sao Paulo quienes, como denunciaron los manifestantes, están padeciendo las peores consecuencias de la "mala gestión" del agua. "La crisis del agua está castigando a los más pobres, quien más sufre es quien vive en condiciones precarias", sostuvo Guilherme Bolos, coordinador del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST) que alberga a más de 800 mil personas.