En el transcurso de nuestras vidas, sobre todo durante la adolescencia, a muchos nos surgió la duda sobre cuál será nuestro futuro, si tuvimos la posibilidad de estudiar una carrera profesional escoger cual será la que más nos motivara o tuviese mayores expectativas, o si esa posibilidad se nos negaba, resolver entre las opciones disponibles a que nos dedicaríamos. Hay personas que quizás oscilaron en diversas disyuntivas, como las hay para quienes descubrieron que tal duda se resolvía haciendo caso a la vocación inherente a ellas, la cual exploraron obteniendo éxito entre sus pares. Es el caso de Rafael Aguirre.
Originario de una vieja población ubicada en el norte árido de México, otrora hacienda agroganadera y estación de ferrocarril, denominada Pedriceña en referencia al apellido de propietario del predio, en la cual prácticamente nació hace seis décadas y en seguida iniciar su peregrinar por otros lugares acompañando a sus padres, maestros rurales, hasta que con la audacia de la adolescencia se traslada a la ciudad de México para estudiar una carrera profesional, misma que con esfuerzo concluye. Rafael Aguirre descubre en esos tiempos, cuando la juventud despliega su imaginación, en el inicio de su segunda década de edad, que la vida le deparaba no el ejercicio de esa profesión sino su vocación personal, ser un creador artístico.
Desde la niñez en el ámbito escolar denotó que podía realizar dibujos con mayor facilidad que sus compañeros, elaborando los propios y de aquellos a cambio de pequeñas compensaciones, posteriormente los dibujos escolares se convirtieron en retratos de personas hasta desarrollar sus capacidades y habilidades en la representación artística del paisaje que conforma su entorno, convirtiéndose en un destacado pintor paisajistas del país.
El descubrimiento y ejercicio de esta vocación le exigió perfeccionar su obra, que en forma intensa desarrolla, recorriendo y observando la diversidad que la naturaleza y la creación humana enmarcan el entorno que le rodea, hasta que el lugar y el momento lo atrapan y, como dice él, se detiene y los representa en su imaginación para darle vida al óleo sobre lienzo. En sus 35 años de pintor ya es abundante la obra creada, la mayoría de esta exhibida en galerías y espacios públicos del país y el extranjero, finalmente resguardada entre coleccionistas privados que la adquirieron, aunque al parecer algunos de sus cuadros los conserva para sí por razones o motivos personales.
Rafael Aguirre, excéntrico como creador artístico, preocupado porque su obra satisfaga la idea que él se formó de ella con el juego de valores estéticos que le incorpora, las formas, el color y otros atributos que surgen de su imaginación, que cumpla sus expectativas cuando además de obtener la representación deseada esta es reconocida por quienes la observan, quizás atrapados por las sensaciones y significados que el autor incorporó en ella.
Algunas personas, y el mismo, le ubican dentro de la expresión del arte plástico contemporáneo conocida como paisajismo hiperrealista, una tendencia que surge en los Estados Unidos durante la sexta década del siglo pasado, cuya propuesta es reproducir fiel y objetivamente la realidad, adquiriendo mayor perfección que la fotografía; dentro de ella han surgido exponentes en diversos países que han plasmado imágenes en sus obras, de los cuales es un exponente mexicano sobresaliente.
La virtud de representar el paisaje en una obra de arte y el reconocimiento que de esta obtiene por quienes la conocen y adquieren con una significativa valoración, han convertido a Rafael Aguirre en un lagunero destacado, a pesar de que Pedriceña no es reconocida como parte de esta región en su división geopolítica, ha adoptado esta pertenencia y como tal se le identifica dentro y fuera de ella, ya en un largo itinerario recorrido por una diversidad de lugares en el país y el exterior.
Si bien personalmente conozco poco a Rafael Aguirre y de esta expresión artística, solo de unos meses atrás y por ello quizás también poco pueda escribir sobre él y su obra, al ser uno de los 30 artistas plásticos laguneros que donaron cuadros para realizar una subasta dentro de la campaña Yo con Jimulco, cuyos fondos se destinan a crear un capital semilla con el cual se pretende construir un centro de educación ambiental en la reserva ecológica de Jimulco, su disponibilidad de continuar colaborando con este fin me ha acercado a su ámbito, por ello aprovecho este espacio para reconocerle como artista y por este acto solidario en pro de la conservación de la naturaleza, misma que él representa en sus lienzos
Este próximo jueves 20 de agosto, en el Museo Regional de La Laguna, Rafael Aguirre ofrece una exposición denominada "Con el color en las manos", donde presentará un libro y algunos de sus cuadros facilitados por coleccionistas privados y otros aún no adquiridos. Vale la pena asistir.