La decisión es casi instantánea, lo complicado es el proceso y su acción.
Tomar una decisión es una acción inmediata que cambia el destino del camino de la vida de la persona que la toma. Puedes analizar, investigar, entender, racionalizar todo lo que implica tomar acción, pero la decisión se hace en un segundo. Lo único que tienes que decir es basta, hasta aquí llegué, esto no me conviene, no estoy de acuerdo, esto no vuelve a suceder, o al contrario, yo quiero ser, quiero llegar a etcétera. Todo lo demás es una cuestión de logística.
Todo en esta vida implica una decisión y generalmente éstas se acompañan con acciones que las apoyan. Es importante destacar que, a pesar de que hay de decisiones a decisiones, es decir, desde cuestiones sencillas y triviales como ¿me quedo cinco minutos más en la cama? ¿Me pongo la camisa blanca? ¿Desayuno fruta o cereal?... Hasta situaciones complicadas o más comprometedoras, como ¿me caso? ¿Me divorcio? ¿Qué casa compro? ¿Dejo mi trabajo? Cualquier toma de decisión parte del mismo principio: el pronóstico, la sospecha del resultado en base a las distintas opciones con las que se cuenta.
Las personas tienden a elegir básicamente aquella opción que su mente les asegure que sea la más conveniente o que traiga mayores satisfacciones y muchas veces hasta caen en trampas que conducen a resultados no deseados.
La toma de decisiones debe de hacerse de una manera racional, consciente y responsablemente, sin olvidar que la intuición también habla y puede y debe ayudar a complementar cualquier decisión. De hecho, muchas veces el estómago por decirlo así, siente cosas que la mente no entiende hasta mucho tiempo después y sin embargo rara vez se equivoca.
En realidad, toda acción, relación, suceso, etc., empieza con una decisión y un compromiso, después de todo, la vida es una sucesión de eventos que crean oportunidades que implican tomar acción o dejarlas ir.
Muchas personas actúan como si no existiera una fecha límite cuando se trata de tomar decisiones, la piensan y la piensan y finalmente nunca hacen nada, esperando que las cosas sucedan así, por arte de magia. Estos individuos evitan la responsabilidad y el compromiso, ingredientes básicos para tomar decisiones efectivas.
Hay otras personas que toman decisiones sin pensar y después se arrepienten de lo que hicieron. Estas personas quizá sufren por sus consecuencias o no. Eso sí, seguramente estos individuos no tienen el problema de cuestionarse qué hubiera pasado, quizá su sentir será, no lo hubiera hecho o no lo hubiera dicho.
Los sentimientos juegan un papel importante en la toma de decisiones, por ejemplo, el enojo torna a las personas en seres impulsivos, egoístas y afectos a correr riesgos. La tristeza hace a la persona más reflexiva y precavida. La alegría y la emoción hace que las personas minimicen el peligro y vean mayores posibilidades de éxito aunque no sean al 100% auténticas.
Así que ya sabes, tomar una decisión es una acción inmediata, impulsiva y muy visceral, todo lo demás es cuestión de cómo tu mente te permita procesarla.
La receta
Toma decisiones efectivas
Ingredientes:
1 taza de conciencia - actuar con responsabilidad y prudencia.
1 taza de objetividad - reconocer la realidad sin aumentarla o disminuirla.
2 cucharadas de análisis - balance la información, sentimientos y consecuencias.
1 pieza de acción - determinación y realización, concreta y práctica.
1 cucharada de propósito - aclaración y definición personal de la misión.
Recomendación del chef:
Ten cuidado con las ideas pesimistas, irreales o negativas que tu mente pueda guardar, ya que estas ideas te pueden sabotear la toma de decisiones y sin querer te confundes y puedes perder una buena oportunidad.
Como tomar decisiones efectivas:
Tú eres responsable por todo lo que decides, haces y piensas. Presta atención a lo que estés haciendo, vive en estado de conciencia total. Decide que estás dispuesto a realizar. El esfuerzo de pensar y de estar consciente es para todo el día y todos los días. Tú eres el que piensa, el que busca, el que vive, el que respira, el que ama, el que crece.
Las posibilidades surgen cuando tomas decisiones. Una vez que se hace el decreto de lo que se va a realizar, todas las acciones se alinean y consolidan la decisión. En ocasiones, hasta surgen muchas nuevas opciones que ni siquiera se habían considerado.
Toda decisión tiene consecuencia y afecta tanto a la persona que la hace, como a las personas que le rodean. Es importante reconocer la influencia, el costo emocional y físico, el impacto y los posibles resultados, ya que todo, aún las decisiones más pequeñas e irrelevantes, pueden tener grandes efectos.
"Una decisión implica siempre un riesgo que debes de correr y el no decidir también es una decisión".
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