Grave. El caso es uno de los más sangrientos entre militares y civiles del que se tenga memoria; en la imagen, restos de la masacre.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México (CNDH) anunció ayer que reclasificó el expediente del caso Tlatlaya, en el que murieron 22 civiles a manos de militares el 30 de junio pasado, en la categoría de violaciones graves a los DD.HH.
El presidente de la CNDH, Luis Raúl González, ordenó notificar de la decisión a las víctimas; al secretario de Defensa, Salvador Cienfuegos; al fiscal general, Jesús Murillo, y al gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila.
Según la investigación de la Comisión, 22 civiles murieron el 30 de junio en una bodega del municipio de Tlatlaya, en el central Estado de México, siete en enfrentamiento con militares y 15 más asesinados por los soldados después de que ya se habían rendido.
El organismo público concluyó en octubre que en este caso se cometieron delitos como "privación arbitraria de la vida, uso arbitrario de la fuerza, tortura y tratos inhumanos, así como actos violatorios de los derechos a la verdad y al acceso a la justicia".
Por ello, recomendó la reparación del daño a los familiares de las víctimas, atención médica y psicológica a los sobrevivientes y estricto cumplimiento al manual del uso de la fuerza.
La CNDH también sugirió a las Fuerzas Armadas emplear de manera intensiva cámaras fotográficas y de video para documentar los incidentes e interacciones con la población civil, así como abstenerse de participar en la alteración de las escenas de los hechos.
En un principio, la Secretaría de la Defensa informó que los 22 civiles, presuntos miembros de una banda de secuestradores, habían fallecido en un enfrentamiento con militares.
Sin embargo, dicha versión fue cuestionada por una testigo que reveló que sólo uno de los civiles había muerto en el choque armado y los demás habían sido asesinados por los soldados después de ser sometidos a un interrogatorio.
De acuerdo con la fiscalía general, en el tiroteo murieron 14 personas y las ocho restantes, algunas de las cuales estaban heridas, fueron asesinadas por tres de los soldados que participaron en la operación y un oficial los encubrió.
Siete militares son procesados por estos hechos. Todos por ejercicio indebido de servicio público, tres de ellos además por abuso de autoridad, homicidio calificado, alteración ilícita del lugar donde ocurrieron los hechos y el oficial por encubrimiento.
Descubren arsenal
Las fuerzas de seguridad mexicanas hallaron un arsenal enterrado en el municipio de Tlatlaya, en el central Estado de México, donde 22 civiles murieron a manos de militares el 30 de junio pasado, informaron ayer fuentes oficiales.
Durante el operativo fueron encontrados dos recipientes enterrados con 30 armas largas, dos cortas, tres aditamentos para lanzagranadas y unos 3,500 cartuchos de alto calibre, dijo el gobernador Eruviel Ávila en un comunicado.
El hallazgo ocurrió este domingo cuando fuerzas de la Base de Operación Mixta, integrada por autoridades federales y locales, detectaron a dos sospechosos armados que huían hacia un bosque cercano de este municipio.
Al revisar la zona hallaron primero un lanzagranadas y después el resto del armamento enterrado.
Las bases de operación Mixta operan con personal del Ejército, la Procuraduría General de la República, la Procuraduría estatal, además de miembros de las policías federal, estatal y la comisión de Seguridad.
