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Recuerdos del Ayer

LEOPOLDO DE LA VARA

SERGIO LUIS ROSAS

De los jugadores que militaron en el desaparecido equipo Diablos Blancos del Torreón vamos a recordar a Leopoldo de la Vara Moreno, defensa central y lateral derecho que formó parte del plantel que logró el ascenso a Primera División y fue campeón de Liga, de Copa y Campeón de Campeones en Segunda División en la inolvidable temporada 1968-1969.

"Polo'' de la Vara nació en Torreón el 22 de junio de 1948, fue fundador del equipo Román Motors categoría juvenil junto con Gerardo Román Mier y Armando de la Rosa Córdoba, del cual fue llamado a los Diablos Blancos de Torreón por indicaciones del técnico Grimaldo González.

Fue precisamente "Don Grima'' quien lo debutó en Segunda División en un partido contra el equipo Texcoco, jugando como volante por derecha, en partido correspondiente a la quinta jornada de la temporada 1968-1969, celebrado en el Estadio de la Revolución, el cual ganaron los Diablos Blancos por dos goles a cero.

En ese mismo torneo participó en otros encuentros, contra Salamanca y La Piedad, habiendo estado como suplente en el partido en que los Diablos Blancos lograron el ascenso al empatar a tres goles con Zacatepec en el Estadio Agustín "Coruco'' Díaz a fines de febrero de 1969. Un año antes el Laguna había ascendido en ese mismo campo al derrotar a los Cañeros por un gol a cero.

El año de 1969 fue histórico para el futbol profesional de La Laguna, pues tenía dos equipos en Primera División, el Laguna y el Torreón, hazaña que difícilmente pueda repetirse.

Cuando los Diablos Blancos ascendieron al máximo circuito del futbol mexicano, el entrenador español Fernando "El Gavilán'' García convirtió a Leopoldo de la Vara en defensa central, aprovechando su estatura y fortaleza física, pues iba muy bien por arriba y era fuerte en el choque.

Después jugó de lateral derecho y realizó grandes marcaciones a jugadores extranjeros de renombre que militaban en el futbol mexicano, como Oswaldo Castro "Pata Bendita'', del América, y al brasileño Enos Pereira, quienes ante la impotencia de no poder superarlo terminaban por escupirlo en la cara. Le tocó marcar también a Tomás Boy, cuando "El Jefe'' defendía la camiseta del Atlético Español.

Leopoldo de la Vara fue un baluarte de la línea defensiva de los desaparecidos Diablos Blancos, como defensa central hizo pareja con "El Casquillo'' Reyes, Javier "El Capi'' Lima, con el peruano Guillermo "El Popi'' Correa y Javier "El Titino'' Martínez. A la llegada del argentino Óscar Rolando Pierucci fue cambiado a la defensa lateral derecha.

Se retiró en plenitud de facultades en la temporada 1971-1972, como consecuencia de una distensión de ligamento que sufrió al chocar con Raúl "El Willy'' Gómez en un partido contra Chivas en el Estadio Jalisco. Se negó a operarse, ya que en ese tiempo la medicina deportiva no estaba tan avanzada como en la actualidad, y decidió "colgar los botines'' para reanudar sus estudios de Contador Público.

Vistió una sola camiseta, la de los Diablos Blancos de Torreón, de 1968 a 1972, aunque en el último año de su carrera fue pretendido por los Tigres de la UANL que luchaban en ese entonces por ascender a Primera División. La transferencia no se llevó a cabo por un error de comunicación.

Hombre de una y mil anécdotas, cuenta que habían ido a jugar a Pachuca, los viajes en ese entonces eran en el autobús llamado "El Palomo'', por lo que para entretenerse durante el regreso a Torreón jugó al Siete y Medio con el argentino Óscar Rolando Pierucci. La apuesta empezó en cinco pesos, pero a medida que transcurría el tiempo fue aumentando.

Leopoldo de la Vara pedía que fuera una cantidad razonable, pero Óscar Rolando insistió en que la cantidad de la apuesta fuera subiendo y así llegó hasta 50 pesos. La partida favoreció finalmente al lagunero, quien ganó siete mil pesos, cantidad que hace 43 años era una buena suma.

Al día siguiente por la mañana, antes de iniciarse el entrenamiento, Óscar Rolando Pierucci llamó a Leopoldo de manera personal para pedirle de favor que le condonara la deuda de juego, pues esos siete mil pesos los tenía destinados para su boda. Además, le suplicó que guardara discreción sobre lo sucedido.

Leopoldo de la Vara, como todo hombre cabal y honesto, condonó la deuda de juego al argentino y cumplió con lo prometido. Hoy en día vive retirado del futbol y se dedica al comercio, sin olvidar los cuatro años que jugó con los desaparecidos Diablos Blancos de Torreón.

¡Hasta la próxima!

sluisrosas@hotmail.com

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