El presidente de Burundi, Pierre Nkurunziza, regresó a la capital Bujumbura y advirtió que su gobierno impedirá que "se incendie al país", por lo que tomarán medidas contra cualquier persona que lo ataque. La advertencia llegó ayer viernes cuando Nkurunziza regresó a Bujumbura, tras el golpe de Estado anunciado en su país por líderes militares mientras participaba en una cumbre regional en Tanzania. La inconformidad hacia la candidatura de Nkurunziza para un tercer mandato suscitó el movimiento de los militares que anunciaron la destitución del presidente ausente.