El director técnico argentino, Jorge Sampaoli, dejó en duda si seguirá al frente de la selección chilena. (EFE)
La obtención de la Copa América por parte de Chile en julio pasado parecía coronar uno de los mejores tiempos de La Roja, con un notable desempeño en la última Copa del Mundo y en las actuales clasificatorias mundialistas sudamericanas.
Todo parecía estar como nunca antes: Chile campeón de América y con asistencia a dos copas del mundo en forma consecutiva (2010 y 2014), además de destacados desempeños en ambos mundiales y en eliminatorias.
Chile ya contaba entonces con lo que habían sido los esquivos éxitos futbolísticos y con figuras de primer nivel mundial.
Todo al parecer marchaba con normalidad en el futbol chileno, pero los dirigentes, en particular el presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP), Sergio Jadue, dirían otra cosa.
Los comentaristas deportivos pasaron de dar cuenta de los éxitos de la selección chilena al futuro judicial de los timoneles del futbol, en particular Jadue, quien negoció su entrega a la justicia de Estados Unidos tras reconocer su culpabilidad en casos de corrupción.
De esta forma los comentarios sobre los triunfos deportivos, el desempeño de los jugadores en Europa y en el futbol local y de la selección en las actuales eliminatorias mundialistas dieron paso a un solo tema: el futuro de la ANFP con una directiva cuestionada.
La preocupación, sin embargo, traspasó desde el ámbito directivo al futbolístico, ya que el seleccionador Jorge Sampaoli anunció que estudiará su continuidad en su cargo tras las elecciones en la ANFP del 4 de enero próximo.
El ex técnico de la Universidad de Chile, quien manejaría varias ofertas de clubes europeos, decidiría su futuro al mando de La Roja, una vez que se elija al próximo timonel de la ANFP de entre Arturo Salah y Pablo Mirad.
Sin embargo, muchos ya dan por segura la salida de Sampaoli luego que fue revelado su millonario contrato con la ANFP, que incluía el depósito de dineros en un paraíso fiscal y recursos para viajes, automóvil y renta de vivienda, entre otros aspectos.
El técnico argentino, según expertos, podría aducir la violación a la cláusula de confidencialidad de su contrato para poner término al mismo y decidir su futuro ahora y no en 2018, aunque exista una cláusula de salida de ocho millones de dólares.