Luego de resolución de la Corte sobre marihuana exigen liberaciones.
La relación entre México y Cuba ya no es tan valiosa como antes para ninguno de los dos países, afirma el investigador Rodrigo Salazar, coordinador de la maestría en gobierno y asuntos públicos, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
Al analizar la visita a México del presidente de Cuba, Raúl Castro, el académico afirma que en el pasado Cuba representó para México una posibilidad de fortalecer su propia capacidad de negociación con Estados Unidos.
Para Cuba, en cambio, México era básicamente su único aliado, y uno muy valioso por su peso en el continente, dice. Pero ahora que la relación de Cuba con Estados Unidos está en proceso de normalización y que la isla tiene relaciones más estables con muchos de los gobiernos latinoamericanos de izquierda, México ya no es el aliado indispensable, afirma el investigador.
"Cuba está en otra situación y ya no está tan solo", afirma Salzar.
Ni siquiera en un contexto de apertura económica, la isla tiene un peso preponderante para México, en relación con sus intereses y sus inversiones.
"En este momento el tema prioritario para México es el Acuerdo Transpacífico, que lo une a uno de los bloques comerciales más fuertes del mundo", dice Salazar.
El investigador afirma que la visita de Castro a México es relativamente importante en lo simbólico, dada la distancia que se abrió entre ambos países durante el gobierno del panista Vicente Fox y la política exterior de su canciller Jorge Castañeda.
Esa relación, dice, comenzó a normalizarse en el sexenio de Felipe Calderón, quien tenía suficientes problemas en el país como para abrir un frente más en el exterior.
Sin embargo, con la vuelta del PRI a la Presidencia reviven los lazos que en el pasado unieron a dos sistemas "muy autoritarios", afirma.
"Es un entendimiento de décadas, e incluso en su momento con fines muy cuestionables, pues era un entendimiento de frente diplomático de países autoritarios por impedir intervención extranjera en sus asuntos. Eran grupos muy cerrados que no querían que nadie les dijera que abrieran la competencia y que hicieran la política más democrática", explica.
El investigador afirma que, aunque Peña Nieto se ha esforzado en mirar hacia América Latina, lo cierto es que la política exterior de México, desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, "es una polítca comercial muy atada a Estados Unidos".
Por eso, insiste, esta visita de Castro puede tener un peso simbólico, "pero en un terreno que ya no tiene tantas implicaciones ni tanto peso político como antes."