El uso de aviones no tripulados para vigilar la frontera sur de Estados Unidos muestra resultados limitados, de acuerdo con un informe de la Oficina del Inspector General (OIG) del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
El informe, emitido ayer martes, señala que luego de ocho años en que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) ha usado drones para vigilar las fronteras y tras destinar cientos de millones de dólares, no se ha demostrado la utilidad de emplear esta tecnología.
"A pesar de la importante inversión, no vemos ninguna evidencia de que los aviones (no tripulados) contribuyan a una frontera más segura y no hay ninguna razón para invertir fondos adicionales", dijo el inspector general John Roth, en un comunicado.
El costo de los drones ha sido mayor de lo estimado y su impacto para contener la inmigración ilegal ha sido mínimo, según el informe emitido tras una segunda auditoría de la OIG.