Una noche agradable en cuanto a clima, pero poco vistosa de futbol tuvo anoche el TSM.
Veintiún días después de la más reciente batalla que se había escenificado en la llamada "Casa del Dolor Ajeno", mote que acuñó el profesor Rubén Maturano para una aduana que parecía infranqueable en el futbol mexicano, pero que en el Apertura 2015 ha sido un paraíso para los equipos visitantes.
Antes del silbatazo inicial había optimismo en la afición albiverde, se pensaba que la mala racha en casa debía quedar esta noche sólo en un mal recuerdo, y pocas camisetas rojinegras se observaban en la explanada del moderno TSM.
Lo más entretenido del primer tiempo fue un concurso de comer salchichas, el cual fue ganado por uno de los corpulentos narradores de la transmisión radial, pero fue el único grito de triunfo que pudo realizar.
Pako Ayestarán corre más que sus centrocampistas, de un lado para otro en su área técnica, desesperado, con aspavientos continuos, tratando de contagiar a sus jugadores Santos parece desesperarse, no encuentra su ritmo, su estilo de juego, y ante una grada casi llena, aguantar las ganas de salir victorioso es un trabajo doble.
SIN MEJORAS
El segundo tiempo no trajo mejoras para los albiverdes, con ganas, iniciativa, posesión de balón, pero pocas acciones que logren inquietar al rival, que va creciendo en confianza y convenciéndose de que puede ligar su tercera victoria consecutiva en territorio lagunero.
El convencimiento no tarda en ser total: "Ponchito" González puso con su zurda la primera daga en el corazón lagunero, y Gonzalo Bergessio hizo el segundo y definitivo para silenciar a una atónica tribuna albiverde que fue testigo de la igualada para la peor racha como local de los Guerreros.
Santos intentó poco en el marco contrario, no se contó una sola oportunidad clara en la portería contraria, donde estuvo tranquilo el guardameta visitante.
Un autogol anulado que igualmente anuló los ánimos de los aficionados, pero fue lo máximo en una noche para olvidar en el balompié lagunero.
Quizá lo único que resta es esperar por el próximo partido y aguardar para que Dorados de Sinaloa no sea el siguiente verdugo, pues seis derrotas consecutivas en casa ya no algo que se pueda soportar. La liguilla se amarra en casa, dicen los que saben, y Santos tiene cero puntos de quince posibles, la situación no pinta bien.
Los delanteros de Santos Laguna no pudieron hacer diferencia en casa, y acumularon otra derrota en el Estadio Corona. (Jesús Galindo)