El uso de la tecnología se vuelve más y más común en este mundo globalizado que nos tocó habitar en el Siglo XXI; computadoras, celulares, tabletas y obviamente la gran variedad de programas y aplicaciones para realizar infinidad de tareas, son herramientas que en el día a día usamos con tanta cotidianidad que dejamos de prestar atención al proceso que hay detrás y solamente nos limitamos a dar un par de clicks para tener en las pantallas de nuestros equipos la información que necesitamos en el momento en el que la necesitamos.
Ahora, disponer de los avances tecnológicos no se limita nada más a publicar selfies en Facebook, fotografiar nuestra comida o a tuitear cada media hora, sino que las empresas cada vez emplean tecnología más avanzada en sus procesos de producción o servicios, y por supuesto el deporte no se podía (ni se debía) quedar atrás.
En el balompié europeo es común encontrar en los organigramas de los grandes clubes un departamento de Inteligencia Deportiva y al escuchar el término rápidamente lo asociamos al estudio del rival en turno y a hacer estadísticas individuales de los jugadores. Incluso en nuestro país poco a poco se ha ido haciendo más habitual escuchar de ella y los beneficios que ha de traer su uso a los equipos que la aplican en sus procesos, pero ¿sabemos qué hay detrás? No siempre, o no de forma clara.
La Comarca tiene el ejemplo en casa. Santos Laguna ha sido un equipo pionero en el desarrollo de esta herramienta dentro de los límites de la República Mexicana. Gracias a las alianzas de los Guerreros con clubes europeos como el Sevilla, Athletic Bilbao de la liga de España y principalmente con el Celtic de Escocia, la institución lagunera desarrolló su propio departamento de análisis y ha tenido la posibilidad de capacitar a otros equipos aztecas como Rayados de Monterrey en la implementación de esta rama en el esquema de la organización.
Dicho departamento se encarga de proveer al cuerpo técnico información útil no sólo para analizar cómo juega el rival, sino para conocer por qué se planta en la cancha de la manera en que lo hace, comparar el rendimiento de los propios jugadores e incluso, de buscar probables refuerzos que cumplan con el perfil que el club requiere.
La documentación sobre el rival en turno se hace llegar al técnico a través de reportes que incluyen informes de la manera en la que se traslada el balón en ciertas zonas del campo, los minutos que habitualmente participa cada uno de sus jugadores en los partidos y los cambios recurrentes en el esquema táctico, así como la estrategia empleada como local y como visitante. Además se analiza el comportamiento del equipo contrario cuando tiene el balón y cuando no está posesión del esférico, se ubican los patrones de comportamiento en jugadas de táctica fija a favor y en contra, entre otras variables. Toda esta información se complementa con videos que ubican los puntos mencionados en imágenes para hacer más claros los conceptos.
El software de aplicación también ha contribuido en gran manera al desarrollo de esta herramienta que es la inteligencia deportiva, principalmente a la hora de captar talento y reclutarlo al equipo. Plataformas de gestión deportiva como Golstats, Director 11 y Match Analysis ayudan a los clubes a realizar seguimientos específicos de algún probable refuerzo mostrando estadísticas determinadas como pueden ser la cantidad de sprints realizados durante un encuentro, duelos manos a mano ganados, promedio de remates a gol, efectividad de pases y muchos más. Luego de la detección y análisis primario, se procede a observar partidos enteros donde participe el jugador en cuestión de manera presencial para corroborar que la información con que se cuenta es confiable y por último, si el prospecto ha pasado los filtros anteriores, personal del club trata de conocer su entorno, entrevistarse con él para conocer su personalidad fuera de la cancha y proponerlo como un candidato a formar parte de la institución en el futuro inmediato o quizá más adelante.
Por la cantidad de variables que presenta el futbol al ser un deporte de alta intensidad y el dinamismo que identifica al juego, el uso de la inteligencia deportiva no es determinante en el resultado de un partido, sino que es una herramienta que complementa la preparación para lograr objetivos exitosos.
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