Mucha expectación ha levantado el buen inicio de temporada de Vaqueros Laguna, que es el único equipo en ganar cada una de sus cinco primeras series de la campaña. Ningún otro equipo en la LMB ha logrado esto, ni los campeones Diablos, los poderosos Tigres, los sorpresivos Acereros o mucho menos los Sultanes, nadie. Los aficionados en la región están optimistas y hay quien dice que "este es el año".
Los naranjas han cimentado sus victorias en la ofensiva, sin que esto signifique que el pitcheo o la defensa no hayan hecho su trabajo en los momentos claves. Vaqueros tiene constantemente corredores en base, es el equipo líder en carreras anotadas y está peleando los primeros lugares de hits y de porcentaje de bateo colectivo. Ángel Berroa y Juan Miranda llevan paso de "Jugador Más Valioso" y Santiago González está repartiendo leña a placer.
Son varios los factores que han propiciado el buen momento naranja, como la respuesta que han dado los jugadores que no eran considerados "titulares" a inicio de campaña, claro ejemplo lo que han hecho Mario Vega y Carlos González ante la ausencia de Oswaldo Morejón. Ambos infielders han dado batazos importantes, producido carreras y mantenido rallys de ataques ofensivos. No se diga de sus guantes, pues también han realizado tremendos lances para evitar imparables de los rivales.
Igualmente ha respondido Gilberto Galaviz, quien ha tomado la estafeta detrás del plato ante la ausencia de Saíd Gutiérrez, quien va a estar fuera de circulación una semana debido a una distensión en el gemelo externo de su pierna izquierda. Galaviz está bateando para .333 y su defensa ha mejorado respecto a años anteriores, así como su disciplina en el plato, aspecto en el que todo el equipo ha incrementado considerablemente su nivel.
En ese aspecto se debe dar mérito a los coaches de bateo, el boricua José Lebrón y el legendario jonronero Alejandro Ortiz, a quien se acercan mucho los peloteros en busca de consejo durante la práctica de bateo e incluso durante el juego. Esa disciplina en la caja de bateo propicia que los naranjas tengan turnos de calidad, difícilmente se van en menos de cuatro pitcheos, exprimen a los lanzadores contrarios y esa es una calamidad para cualquier pitcher.
Pero quizá lo que ha tenido mayor importancia para el buen paso lagunero ha sido lo repartida que ha estado la responsabilidad a la ofensiva, cuando Miranda no puede dar batazos importantes, los da Linares, o Berroa, o González o "Chipper", Orozco, incluso Madero. Todos los integrantes del line up están confiados en sus capacidades y ese es el primer paso para construir un equipo ganador. Juegos como el que le ganaron a Saltillo con cuadrangular de Berroa, o el tercero de la serie en Yucatán, ganando en extrainnings viniendo de atrás, son los que suben la moral del equipo.
En el pitcheo se han corregido rápidamente algunos detalles que estaban haciendo batallar a los lanzadores naranjas y causando inquietud entre los fanáticos. Pero hay calidad en el bullpen de los laguneros, lo dije antes y lo reitero, claro que los nervios les van a ganar en ocasiones a los jóvenes, como el martes a Andrés García en Mérida, pero esas experiencias les van a ayudar a crecer como peloteros.
Finalmente, al único pitcher que no le dan imparables, es al que no se sube a la loma. El equipo está bateando y probablemente lo seguirá haciendo de buena manera durante el resto de la temporada, pero el nombre del juego es el pitcheo, y las tuercas se deben ajustar durante las series subsecuentes, no es raro que los lanzadores tarden en tomar su ritmo en una temporada, y recordar que aún es temprano en el 2015. La próxima semana no serán de series interzonas, y regresa la oportunidad para ascender en el standing. Buen fin de semana, y recuerden disfrutar la vida, hasta que caiga el out 27.
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