Visita. Una sobreviviente española es visitada en el hospital por miembros de la embajada española en Túnez.
El grupo extremista Estado Islámico se adjudicó ayer jueves el atentado en un museo de Túnez que causó la muerte de 23 personas y heridas a decenas, en su mayoría turistas, de acuerdo con una organización que monitorea a los grupos extremistas.
Mientras, las fuerzas de seguridad tunecinas detuvieron a nueve personas vinculadas con el ataque, cinco de ellas conectadas directamente con el atentado del miércoles, cometido por dos hombres que murieron al enfrentarse con la policía. Los otros cuatro fueron arrestados en el centro de Túnez y eran parte de una célula que dio apoyo a los atacantes, se informó.
El primer ministro, Habib Essid, dijo a la estación francesa de radio RTL que Túnez trabaja con otros países para saber más de los agresores muertos, a quienes identificó como Yassine Laabidi y Hatem Jachnaoui. Dijo que al primero ya lo habían ubicado los servicios de inteligencia, pero no se le consideraba "algo especial".
Túnez ha sufrido ataques esporádicos de extremistas y un número especialmente grande de ciudadanos de ese país se ha unido a la agrupación Estado Islámico en Siria e Irak.
El Museo Nacional Bardo estaba rodeado con alambre de púas y las fuerzas de seguridad protegían las carreteras más importantes mientras las autoridades buscaban a dos o tres personas que se cree participaron en el suceso, el peor atentado que se registra en años en un hito turístico de Túnez.
El impactante ataque también amenazó con nuevos problemas para la industria turística, que lleva a ejércitos de extranjeros cada año a sus platas mediterráneas, oasis desérticos y ruinas romanas, y acababa de empezar a recuperarse tras años de declive. Dos cruceros en los que viajaban algunas de las víctimas zarparon el jueves de madrugada del puerto de Túnez.
Varias de las víctimas habían sido evacuadas sin sus documentos de identidad y siete de los muertos seguían sin ser identificadas, señaló Moncef Hamdun.
Mensaje de texto alertó a autoridades
Aún cautiva por quienes identificó el gobierno de Túnez como terroristas, una mexicana logró mandar un mensaje pidiendo ayuda a un familiar suyo que trabaja en la embajada de México en Bruselas.
En medio de la desesperación por su secuestro dentro el Museo Nacional del Bardo en la capital de Túnez, pidió auxilio a su pariente. Ella era parte de un grupo de aproximadamente 200 turistas, que también fueron rehenes y entre los que se encontraban otros siete mexicanos, que visitaban el museo, como uno de los puntos a visitar en su tour.
Fue de esta forma en que la embajada de Bruselas alertó a Argelia que es la concurrente en Túnez. Les enviaron el número celular de la turista mexicana y se activó el protocolo de la Secretaría de Relaciones Exteriores para coordinar el rescate y el traslado de los mexicanos al crucero en el que venían viajando. Fueron ocho mexicanos, uno de ellos menor de edad los rescatados.
Cancelan cruceros puerto
La línea de cruceros italiana Costa Crociere canceló todas las próximas paradas de sus navíos a los puertos de Túnez luego del ataque al Museo del Bardo en Túnez, infligiendo un nuevo golpe económico a la rama turística del país africano.
Costa -una filial de la empresa Carnival Corp., con oficinas centrales en Miami- informó ayer jueves en un comunicado que varios pasajeros de su crucero Fascinosa estaban en el Bardo cuando estalló el ataque del miércoles. Precisó que tres de esas personas murieron, ocho más resultaron heridas y otras dos estaban desaparecidas. No proporcionó sus nacionalidades.
Piden repatriar fallecidos
La canciller colombiana, María Ángela Holguín, le solicitó ayer al ministro de Asuntos Exteriores de Túnez, Taieb Baccouche, su colaboración para agilizar la repatriación de los dos colombianos muertos en el ataque terrorista en Túnez que dejó 21 fallecidos y 47 heridos.
Además de esa solicitud, Holguín le expresó las condolencias por el ataque terrorista del miércoles perpetrado por dos tunecinos en el Museo del Bardo de la capital del país magrebí y reivindicado por el Estado Islámico. Entre los 21 fallecidos están los colombianos Enrique Camelo y Myriam Martínez, hijo y esposa del general retirado José Arturo Camelo.