En general, todas las mascotas pueden sufrir accidentes que impliquen fracturas, pero el ambiente en el que viven será determinante para saber los riesgos de los que se ven rodeadas.
Tener una mascota se ha vuelto una práctica común y hasta indispensable en la vida de millones de familias en todo el mundo, los seres humanos adaptan cada vez más nuevas dinámicas para tener un animal doméstico en los hogares, la preferencia la llevan, sin duda alguna, los perros y los gatos desde hace miles de años.
Sin embargo, no todo es diversión, convivencia y juegos, el hecho de tener una mascota implica ser responsable de la integridad física de la misma, debido a que son seres vivos y están sujetos a enfermedades y lesiones de toda clase, las fracturas por ejemplo.
En comparación con los seres humanos, los perros y los gatos poseen una estructura ósea relativamente similar, es decir, que tienen cuatro miembros que les brindan su movilidad en el medio ambiente y una caja torácica que protege sus órganos vitales.
Tanto perros como gatos poseen características salvajes que inevitablemente los llevan a tener comportamientos tales como escalar árboles, correr a toda velocidad, competir con otros animales por una presa, etcétera. Pero tomando en cuenta que pueden desarrollar ese tipo de tareas en un ambiente urbano, se debe asumir que existe un riesgo de fractura de alguno de sus huesos.
Las fracturas por accidentes en perros y gatos son casos que se atienden todos los días en los consultorios de los veterinarios de todo el mundo, ser arrollados por un vehículo, sufrir una caída de grandes alturas o ser aplastados por algún objeto de gran tamaño son los percances más comunes, pero no quiere decir que deban ser tomados a la ligera.
Naturalmente, no todos los accidentes con fracturas son iguales, y por lo tanto no deben de ser catalogados de la misma forma. Por ejemplo, es posible que una mascota al ser atropellada por un vehículo tenga una fractura en alguna de sus patas, pero dependiendo del impacto puede contar con alguna ruptura en costillas o hasta su columna.
¿Qué hacer y qué no hacer?
Bajo ninguna circunstancia se deben intentar curaciones o maniobras si no se cuenta con capacitación veterinaria adecuada, en caso de observar que la mascota tuvo un accidente que dejó una fractura se le debe de retirar a una zona segura.
En caso de que haya sufrido un atropellamiento, debe retirarlo de los carriles de circulación y llevarlo a una banqueta, posteriormente se le debe de llevar hasta una clínica veterinaria para que se le brinden las atenciones necesarias.
Las fracturas en la columna y en el cuello pueden ser especialmente mortales, por lo que el tiempo de reacción en caso de accidente será crucial para determinar la supervivencia de la mascota.
En algunos casos, los huesos fracturados pueden dañar órganos vitales, por lo que las lesiones de esta clase también serán catalogadas como “graves”.
En general, todas las mascotas pueden sufrir accidentes que impliquen fracturas, pero el ambiente en el que viven será determinante para saber los riesgos de los que se ven rodeadas. Por ejemplo, talleres automotrices, azoteas y patios con objetos grandes no son considerados “apropiados para la integridad de los perros y los gatos”.
“Aquí la recomendación es que la gente procure no traer a sus animalitos en la calle, que no los expongan a los riesgos de la vía pública, obviamente no podemos evitar que sufran accidentes y fractura, pero sí podemos tenerlos en áreas apropiadas. Todas las fracturas conllevan un riesgo importante, siempre se deben de tratar con un veterinario”, asegura el médico veterinario Fernando Valenzuela Mejía.
El especialista asegura que las secuelas negativas en la salud o la muerte son posibilidades latentes a consecuencia de una fractura, sobre todo si no se le realizan las atenciones necesarias.