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Se llevan los primeros abucheos de Cannes

El filme de Gus Van Sant, The Sea of Trees, no convence pese a tener a McConaughey y Watts como sus protagonistas

Críticas.  La película The Sea of Trees, de Gus Van Sant, es demasiado larga con situaciones demasiado extremas.

Críticas. La película The Sea of Trees, de Gus Van Sant, es demasiado larga con situaciones demasiado extremas.

EFE

Los primeros abucheos del Festival de Cannes se los llevó The Sea of Trees, la espiritual propuesta de Gus Van Sant que no convenció ni siquiera por tener a Matthew McConaughey y Naomi Watts como protagonistas, algo que no pareció importar ayer al realizador estadounidense.

"Cuando presenté Elephant -en 2003 y ganó la Palma de Oro- hubo peleas tras la proyección sobre si era buena o mala. Algunas personas se pegaron y eso era en Cannes", afirmó el director en rueda de prensa sobre el mal recibimiento a su nuevo trabajo.

Una película que le llegó cuando el guión ya estaba acabado, pero que le gustó por sus elementos de miedo y porque, aunque la muerte es un tema central, "no es sobre la muerte, sino sobre cómo influye la muerte, sobre las diferentes caras de la muerte".

The Sea of Trees cuenta cómo "Arthur" (McConaughey), tras perder a su mujer, viaja a Japón para suicidarse en el bosque de Aokigahara, a los pies del monte Fuji, un lugar habitual para quienes quieren acabar con sus vidas. Allí se encuentra con un japonés que lleva días perdido y juntos buscan una salida que parece imposible.

La entrada en el bosque "es un viaje sobrenatural a través del purgatorio, nihilista, para conseguir su salvación y finalmente enfrentarse a la vida", explicó sobre su personaje el actor estadounidense, para quien la tragedia que sufre la pareja protagonista y que les vuelve a unir es "algo muy humano en una relación".

Su personaje es "alguien que no tiene las respuestas, que no sabe lo que está haciendo. Está intentando averiguar quién es, qué hacer y conseguir algo de claridad".

Una historia con tintes espirituales, algo que en principio casa poco con la mentalidad del actor, quien asegura que le encanta "la lógica y la ciencia".

Pero también está convencido de que, aunque "somos arquitectos de nuestra vida", no escribimos "el guión" de ella y agregó: "Veo coincidencias todo el tiempo y cosas que no tienen ninguna lógica".

En la película se mezclan elementos reales con otros que no lo parecen tanto y se utiliza la cultura asiática como referencia espiritual de la historia.

"El bosque es el lugar que puede matar o redimir" al protagonista, indicó Watts, quien agregó que lo que queda claro en la película es que "todas las respuestas están en ti mismo".

Y consideró que la exploración de la muerte es una buena forma de contar la historia porque es "algo que todos nos planteamos".

Una historia que Van Sant narra desde el medio, con flashbacks hacia el pasado para relatar el recorrido vital del personaje de McConaughey y las razones que le han llevado a la situación en la que está en el presente de la ficción.

"Para mí era interesante que el espectador estuviera fuera de control porque empieza a ver la historia en la mitad" , precisó el realizador.

La pareja protagonista defendió ayer con ganas una película que fue una "gran experiencia" para McConaughey, que está rodando en Estados Unidos, pero que ha hecho lo posible para estar hoy en Cannes dando su apoyo al filme de Gus Van Sant.

Y una "experiencia memorable" para su compañera de reparto. "Me encanta el trabajo que hace Gus, hacia dónde lleva los personajes" y además en este proyecto estaba McConaughey y era una historia "muy humana y universal", explicó Watts.

Estrenan documental sobre Amy Winehouse

El documental Amy, dirigido por el británico Asif Kapadia, llegó a Cannes precedido de una gran polémica por el rechazo de su familia, que lo tilda de engañoso, pero en su primera proyección ayer, recibida con frialdad, mostró simplemente el retrato de una persona con un talento descomunal pero tremendamente influenciable.

Amy Winehouse, fallecida en 2011 a los 27 años, aparece como una joven con un amor muy fuerte por la música, consciente de un talento que no sabe gestionar y con muchas carencias emocionales debido a la falta de rigor en su educación por parte de su madre -ella misma reconocía que no había sido suficientemente estricta-, al abandono por parte de su padre, y a la dependencia patológica de su marido, Blake Fielder-Civil.

Todo ello, unido a una tremenda fragilidad y vulnerabilidad, hicieron de la cantante y compositora británica un objetivo fácil del abuso de su entorno, que se centraba básicamente en explotar económicamente su talento.

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Escrito en: Festival Cannes Cannes

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