Independencia. Enrique Luis Graue Wiechers afirma que la relación con el presidente debe ser independiente y de respeto.
Enrique Luis Graue Wiechers (64 años) asegura que la relación con el presidente de la República Enrique Peña Nieto tiene que ser de independencia y respeto.
"Si por respeto entiende uno que no tiene que andar agrediendo al Estado, pero sí manifestando la posición de la universidad frente a los problemas nacionales", dice.
Graue Wiechers, quien fue designado el rector número 34 de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para el periodo 2015-2019, asegura en entrevista aún desde la dirección de la Facultad de Medicina que la institución seguirá siendo la conciencia reflexiva, crítica y propositiva del país.
Rechaza que haya distanciamiento con el rector José Narro Robles, con quien ayer martes se reunirá por tercera ocasión desde que el pasado viernes fue designado por la Junta de Gobierno.
Respecto a su cercanía con el exrector Juan Ramón de la Fuente, Graue, quien es el tercer médico de manera consecutiva en llegar a la Rectoría, dijo que es como su hermano porque crecieron juntos.
"Le pedí que en este proceso, por supuesto, no interviniera y, muy respetuoso, no lo hizo", dijo.
En la historia de la institución han sido nueve médicos los que han llegado a ocupar el máximo cargo universitario, pero aun así no acepta las especulaciones respecto a que su designación se haya dado por el impulso del grupo de exrectores médicos.
Está seguro de que los exrectores serán respetuosos de su gestión.
El oftalmólogo, quien asumirá el cargo el 17 de noviembre próximo, asegura que la UNAM no necesita cirugías mayores, pero sí vitaminas y antibióticos en algunas de sus áreas y quizá una intervención menor en el área administrativa.
Se define de centro-izquierda porque "cuando uno está en contacto con la pobreza no puede ser de derecha", y ese contacto, reconoce, se lo dio su cercanía con instituciones de asistencia, como el Hospital de la Luz y Conde de Valenciana, donde se atiende a la gente más necesitada.
-¿Ya habló con el Presidente?, ¿y qué le dijo?
Sí. No puedo reproducirlo, y no porque no quiera, sino porque no me acuerdo muy bien, estaba todavía en el agite correspondiente. Fue muy amable, hablé con él el viernes pasado por la noche. Me manifestó todos sus respetos a la universidad y solidaridad a la educación superior, y de igual forma me conduje yo. Muy bien.
-¿Cuál tiene que ser la relación con el Presidente?
De independencia y respeto, si por respeto entiende uno que no tiene que andar agrediendo al Estado, pero sí manifestando la posición de la universidad respecto a los problemas del país.
-¿Cuál es el compromiso que debe haber con el Ejecutivo Federal?
Ninguno. El compromiso es de la Federación o del Estado hacia la educación superior, hasta ahí.
-¿Seguirá siendo la Universidad, personificada en su rector, la conciencia crítica de los problemas que enfrenta el país?
Crítica, que es reflexiva, analítica y propositiva, porque si no propone uno soluciones no se vale simplemente criticar los problemas.
Durante el proceso de designación se habló de un distanciamiento con el rector José Narro, ¿es así?
No hay ninguna distancia. Somos muy amigos desde hace 42 años. A veces hay pequeños distanciamientos entre las amistades, pero ninguno que sea significativo. El doctor Narro y yo siempre hemos hablado muy claro las cosas, con una gran sinceridad, con un gran respeto de amigos. Nosotros no tenemos ni un pequeño distanciamiento. Se rumoró con relación a lo de (Sergio) Alcocer, pero no existe ningún distanciamiento con el rector. Él es un apoyador constante de la Facultad de Medicina como rector. Como amigo, cuando tenía yo alguna duda de decisiones relacionadas con el ejercicio de la Facultad también lo comenté directamente con él. Es una relación que no iba de rector-director, sino de amigos. El rector Narro estuvo conmigo en casa el viernes por la noche para celebrar, así como también los exrectores Juan Ramón de la Fuente, Octavio Rivero (ambos médicos). No pudo asistir el doctor (José) Sarukhán, estaba fuera de México. Guillermo Soberón estaba en Cuernavaca y se me hizo una imprudencia de mi parte invitar a Pablo González Casanova. Paco Barnés no pudo venir y se disculpó conmigo.
Durante el proceso también se habló de su cercanía con el doctor Juan Ramón de la Fuente.
Es una relación muy vieja. Al primer rector que conocí fue a Javier Barros Sierra, cuando era presidente de la Sociedad de Alumnos de la Preparatoria 4. A la caída de Barros Sierra viene Pablo González Casanova; lo conocí muy poco como rector. A (Guillermo) Soberón lo admirábamos mucho como estudiantes el doctor De la Fuente y yo, y en consecuencia el doctor Narro, que no es de mi generación, también.
En los años 70 estaba la Comisión General Mixta para Estudios de las Formas de Gobierno; ahí conocí al doctor Narro. La relación con Soberón existió, ya hubo menos contacto con el doctor (Octavio) Rivero Serrano porque a él lo conocí cuando ya estaba de jefe de la División de Posgrado, ya como ex rector. Con el doctor (Francisco) Barnés lo conocí como consejero universitario, igual que al doctor Sarukhán, y después de eso hemos cultivado una amistad como universitarios, que no es cercana, pero hay una muestra de amistad real. Con el doctor De la Fuente, pues crecimos juntos. Yo le digo Ramón porque así lo conocí, no solamente fuimos compañeros, nunca de clase, porque estábamos en distintos semestres. Nuestras esposas se hicieron amigas; lamentablemente, Mónica falleció algún tiempo atrás; mis hijos nacieron al mismo tiempo que los suyos. De la Fuente es como mi hermano. Le pedí que en este proceso, por supuesto, no interviniera, y, muy respetuosamente, no lo hizo.
-¿Al final el grupo de médicos estará gobernando o administrando?
Yo espero que en mi staff no haya ningún médico. Ni siquiera lo he pensado. Una universidad gobierna con universitarios e invitaré a quienes considere.
-¿Qué papel tendrán los exrectores en su administración?
No se meterán. No, creo que ninguno. De hecho, conversamos, cuando el doctor Narro este fin de semana me hizo el favor de verme, me dijo: "Oye, Enrique, seré totalmente respetuoso"; le dije: "No tienes ni que decirlo".
Después de este proceso, ¿quedó la comunidad universitaria dividida, lesionada o fracturada?
No. Tal vez el temor inicialmente sucedió, pero todos son grandes universitarios y todos los candidatos se han unido a este proyecto inicial y han venido a darme su solidaridad. El primero fue Sergio Alcocer Martínez de Castro. Con todos me he entrevistado, excepto con Héctor Hernández Bringas porque no hemos coincidido, (pero) me mandó una felicitación y quedamos de vernos próximamente.
Sí, no digo nombres todavía. Lo que sí es que voy a empezar a trabajar con alguien para integrar los proyectos de trabajo y para ver los ajustes en la administración, y ese será mi pequeño equipo inicial.
-¿Cuáles serán sus prioridades a partir de su plan de trabajo?
Hay muchas cosas que hay que hacer juntas. La primera es formar el equipo de trabajo, llevar la transición lo más sencilla posible e informada, para lo cual me reuniré con el rector; enterarme de los problemas pendientes, ver la solución que se han planteado y empezar su resolución. Terminar aquellos que están en vías de solución y enfrentar lo que viene, como es la revisión del contrato colectivo con el AAPAUNAM; la aprobación de la cuenta de la Universidad es lo inmediato.
Integrar el equipo de trabajo, recoger de los demás aspirantes las propuestas y hacer un documento de trabajo inicial que sujetemos a la opinión de la comunidad.