Limpieza. Un hombre retira barro ocasionados por el tsunami posterior al terremoto 8.4 grados Richter.
La situación en la zona del norte de Chile afectada por el terremoto del pasado miércoles se empezó a normalizar ayer a medida que los equipos de ayuda, los vecinos y algunos voluntarios trabajan en la remoción de escombros, limpieza de calles y viviendas y el restablecimiento de los servicios básicos. Superada la fase de la emergencia, las autoridades se abocan ahora a restablecer el tránsito en las carreteras comarcales y garantizar el suministro de electricidad y agua potable en las localidades que resultaron más dañadas.
"Sea lo que cueste, vamos a asumir los costos de la reconstrucción", anticipó ayer la presidenta, Michelle Bachelet, en declaraciones a la prensa.
La mandataria despejaba así los temores surgidos en algunos sectores ante la posibilidad de que el Gobierno pudiera tener problemas para disponer de los recursos necesarios para la reconstrucción, debido a la disminución de los ingresos por la desaceleración económica y al hecho de que ya van ocho catástrofes en año y medio. El ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, también reiteró que existen los recursos suficientes para levantar la zona destruida por el terremoto.
El sismo, que azotó las regiones de Coquimbo, O'Higgins y Valparaíso, ha provocado ya 12 muertos, 5 desaparecidos, 642 damnificados y cuantiosas perdidas materiales, según el último balance de la Oficina Nacional de Emergencia.