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Se va Julio, pero deja una semilla

DECENAS DE AMIGOS ACUDEN A SU ENTIERRO

Adiós. Momento en que se baja el féretro que contenía el cuerpo del fundador de Proceso.

Adiós. Momento en que se baja el féretro que contenía el cuerpo del fundador de Proceso.

AGENCIA REFORMA

Dos cortejos despidieron ayer al periodista Julio Scherer en el Panteón Francés: marchaban los deudos, manos en eslabón, silenciosos, desencajados tras la carroza fúnebre; otro contingente, menos ordenado, disperso, lo formaban fotógrafos y reporteros, adelantándose al auto negro, trastabillando para no pisar lápidas.

Los familiares habían planeado un funeral discreto. Personal del cementerio, consultado por teléfono, negaba incluso que las exequias se efectuarían en sus instalaciones de Legaria, como anticipaban mensajes por Twitter. Pero la información sobre el "último adiós" se propagó rápidamente en la red. Al menos dos centenares de personas se congregaron en la sala de velación y su vestíbulo.

La nube de cámaras acompañó a la carroza hasta la fosa donde a las 16:29 horas se depositó el féretro, en una capilla que tiene cincelado el nombre de Susana, como se llamaba la esposa de Scherer, fallecida en 1989. El matrimonio de nuevo se reunía.

Los hijos del periodista, en un silencio tan concentrado que podía escucharse crujir el viento entre los árboles, se retiraron diez minutos después, antes de que la tierra cubriera por completo el féretro, tupido al final de rosas blancas. Cuando una mujer las refrescó con un balde de agua, y después pidió cooperación para echarle más, ya no encontró respuesta.

El velorio de Scherer reunió, sobre todo, a periodistas, entre otros a Rafael Rodríguez Castañeda, director de Proceso; Rogelio Naranjo, caricaturista del semanario, además de Carmen Aristegui, Denise Dresser, Ricardo Rocha y Carlos Marín, cuya estancia en la sala duró un minuto. También hubo políticos como Francisco Labastida y Porfirio Muñoz Ledo, o funcionarios como el Rector de la UNAM, José Narro, y el director del Fideicomiso del Centro Histórico, Inti Muñoz.

"Don Julio deja una semilla firmemente puesta en aquellos medios -no muchos, por desgracia- que creen que su filosofía del periodismo, su verticalidad, su honestidad profesional, su valentía, su compromiso sin concesiones en favor de la verdad, es digna de ser seguida", dijo Rodríguez Castañeda.

"Antes que otra cosa, era reportero. Se sentía, orgulloso de serlo", prosiguió. "Es el ánimo que nos daba: 'No dejen de ser reporteros, siempre buscando la información, buscando la verdad hasta donde ésta es alcanzable'".

También destacó su espíritu de confrontación con el poder, aunque éste le seducía.

"Era un hombre que se dejaba seducir por los hombres de poder, pero no por interés personal, sino porque del poder emana una buena parte de las acciones públicas que son de interés periodístico", explicó.

Cronología de un titán del periodismo

Muere Julio Scherer, pero deja un legado inconmensurable.

⇒ 1926: Nace el 7 de abril en la ciudad de México. Es hijo de Pablo Scherer y Paz García.

⇒ 1946. Se incorpora como redactor a la Segunda Edición de Últimas Noticias de Excélsior, donde su nombre comienza a leerse un año después, como rúbrica de reportajes especiales y notas de la fuente educativa.

⇒ 1949. Cumple por primera vez con una misión como enviado especial al ser asignado por el vespertino para cubrir la catástrofe provocada por un ciclón en el norte del país.

⇒ 1950. Es reconocido como uno de los mejores reporteros de la Extra, asignado ya a la información política.

⇒ 1952. Pasa a la edición matutina de Excélsior como reportero suplente asignado a la Cámara de Diputados y a veces al Senado. Sin embargo, tuvo que pasar un año para que su nombre apareciera en las páginas del matutino, como rúbrica de las 8 colomnas que anunciaban un derrumbe en la mina Dolores, en Michoacán.

⇒ 1954. Viaja por primera vez al extranjero como enviado especial de Excélsior para reportar el golpe de Estado en Guatemala. En adelante sus salidas del país en misiones periodísticas serán constantes.

⇒ 1958. Incursiona por primera y única vez en el campo de la opinión con la columna Desayuno, que elaboraba junto a Manuel Becerra Acosta y Alberto Ramírez de Aguilar. La columna se publicaba cada domingo, hasta 1959, bajo el seudónimo de Julio Manuel Ramírez, que conjugaba los nombres de los 3 involucrados.

⇒ 1959. Despliega sus virtudes periodísticas en la gira a Cuba en la que acompaña al presidente Lázaro Cárdenas. Aprovecha su estancia para entrevistar a Fidel Castro y elaborar reportajes sobre la isla que se encontraba en la antesala de la crisis de los misiles.

⇒ 1960. La firma de un desplegado a favor de los ferrocarrileros, cuya autoridad se le atribuyó al Partido Comunista, consolida la imagen de Scherer y de otros reporteros dentro del periódico como los rojillos de Excélsior. Scherer se enfila como líder de un grupo dentro del diario, que impulsa cambios y una nueva forma de periodismo.

⇒ 1963. Luego de la muerte de Rodrigo de Llano y de Gilberto Figueroa, director y gerente de Excélsior, respectivamente, arriba a la dirección Manuel Becerra Acosta y con él Julio Scherer como ayudante de la Dirección.

⇒ 1965. Ya como subdirector editorial publica su primer libro: La piel y la entraña, una pequeña biografía de David Alfaro Siqueiros que elaboró con base en las conversaciones que sostuvo con el pintor durante una de sus dos estancias en la cárcel de Lecumberri.

⇒ 1968. Muere Manuel Becerra Acosta y la cooperativa Excélsior elige en votación a Scherer como nuevo director general del diario, con Alberto Ramírez de Aguilar como gerente y Manuel Becerra Acosta hijo como subdirector.

⇒ 1974. Entrevista al general golpista Augusto Pinochet y hace el relato de los últimos días de Salvador Allende como presidente de Chile. También viaja a Sudáfrica para relatar los extremos del racismo en aquel país.

⇒ 1975. Viaja a Bangladesh para dar cuenta de la hambruna y más tarde reporta las crueldades de la dictadura militar argentina y la guerra sucia en Uruguay, sobre la cual da a conocer un documento secreto, mediante el cual el presidente Juan María Bordaberry se entregaba a los generales.

⇒ 1976. Ocurre el golpe a Excélsior par obligar su salida del periódico, junto a 200 reporteros, colaboradores y trabajadores. En noviembre de ese mismo año comienza circular el semanario Proceso, con Scherer a la cabeza.

⇒ 1986. Recibe el premio Manuel Buendía, que la fundación del mismo nombre y las universidades públicas del país otorgan como reconocimiento a su trayectoria periodísitica.

⇒ 1996. Anuncia su retiro definitivo como director de Proceso, junto a sus dos más cercanos colaboradores: Enrique Maza y Vicente Leñero.

⇒ 1998. Rechaza el Premio Nacional de Periodismo que le entregaría por su trayectoria el presidente Ernesto Zedillo.

⇒ 1997-2001: Publica los libros Salinas y su imperio, Cárceles y Parte de guerra, con Carlos Monsiváis. Pinochet, vivir matando y Máxima seguridad.

⇒ 2002. Recibe el Premio Nuevo Periodismo, de la fundación del mismo nombre que preside Gabriel García Márquez, en la categoría de trayectoria.

⇒ 2003. Acepta el Premio Nacional de Periodismo en la modalidad de homenaje luego de que este reconocimiento pasó a manos de un consejo ciudadano.

⇒ 2005: Recibió el doctorado Honoris Causa de la Universidad de Guadalajara.

⇒ 7 de enero de 2015: Muere a los 88 años en la Ciudad de México.

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Escrito en: Julio Scherer Proceso

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