Un funcionario de la PGR aprovechó su cargo para seleccionar y secuestrar a personas de altos recursos económicos que acudían a presentar denuncias a su oficina.
El 9 de septiembre pasado Julio Diego Velasco Muñoz, joven de 23 años de una familia dedicada al mármol, acudió a las oficinas de la delegación de la Procuraduría General de la República en Guadalajara, para denunciar la pérdida de su licencia de piloto.
Pasados 19 días, uno de los funcionarios que atendió a Velasco durante la diligencia y que firmó su acta como testigo de asistencia, lo secuestró y luego lo ejecutó de tres balazos en la cabeza.
Luis Felipe Molina García pertenecía a una banda de plagiarios cuyo sello característico era cobrar los rescates y después asesinar a las víctimas.
De la misma edad que su víctima, el joven funcionario ideó un plan que funcionó muy rápido: le "sembró" a una chica atractiva a Julio Diego para cazarlo.
Una vez que Sandra Anahí Hernández Martínez de 19 años aceptó la oferta por seducir a Julio Diego, el funcionario de la PGR le dio un celular con el número telefónico de su víctima.
El resto lo hicieron Molina y sus secuaces: cobraron un secuestro de 3.5 millones de pesos y luego eliminaron al joven.
La Policía de Jalisco detuvo Sandra Anahí así como a "El Telu" y a Molina Soberanis, pero no al funcionario homicida que, con acceso a información reservada y contactos en la PGR, hoy es prófugo de la justicia.