Los mercados financieros de Estados Unidos (EU) y los del resto del mundo tratan de anticipar la fecha en que el Comité Federal de Mercado Abierto (Comité) del Sistema de la Reserva Federal (Fed) anunciará la primera alza de su tasa de interés objetivo (tasa de fondos federales) en casi siete años.
El alza referida es un paso más en la normalización de la política monetaria que ha venido adoptando el Fed, principalmente a partir de enero de 2014, cuando comenzó a reducir el ritmo de su programa de compra de valores para inyectar liquidez en la economía de EU.
Este programa finalizó en octubre del año pasado y la atención de los mercados financieros se trasladó entonces hacia el siguiente paso en la normalización, que es el comienzo de un nuevo ciclo de alza en la tasa de interés.
En su comunicado más reciente del 29 de julio se dijo que "El Comité anticipa que será apropiado elevar la tasa de interés objetivo de fondos federales cuando se observe una mejoría adicional en el mercado del trabajo y haya una confianza razonable en que la inflación regresará al objetivo de 2 por ciento en el mediano plazo."
Esto último es muy importante, porque reconoce que por el rezago con el que funciona la política monetaria, el Fed actuará antes de que la inflación alcance el nivel mencionado.
La siguiente reunión del Comité está programada para el 16 y 17 de este mes. Hasta antes de la turbulencia financiera de fines de agosto y comienzos de este mes, se había considerado a esta reunión como la más probable en la que el Fed comenzaría a elevar su tasa de interés objetivo.
Ahora, los mercados le asignan una probabilidad menor, en mucho influenciados por la devaluación del yuan y la volatilidad financiera global, factores que pudieran retrasar la convergencia de la inflación hacia el 2 por ciento.
Estos eventos, al igual que la apreciación del dólar, si bien importantes para la decisión del Fed, son secundarios respecto a la relevancia de las señales internas de la economía estadounidense. Es oportuno, por tanto, ver hacia donde apuntan estas señales en cuanto al progreso observado y esperado en el logro de los objetivos de empleo máximo y estabilidad de precios del Fed.
El jueves 27 de agosto se publicó la revisión para la cifra preliminar (2.3 por ciento) del crecimiento trimestral anualizado del Producto Interno Bruto (PIB) real en el segundo trimestre del año. El dato revisado se ubicó en 3.7 por ciento, lo que muestra un vigor mayor al previsto con anterioridad, lo cual apoya el aumento en la tasa de interés.
El viernes 28 de agosto se conoció el dato del indicador de inflación preferido por el Fed, que es la variación anual del índice de precios del gasto de consumo personal. Esta variación al mes de julio fue de 0.30 por ciento para el índice general y de 1.24 por ciento si se excluyen los alimentos y la energía.
Ambas cifras son similares a las de junio, por lo que el Comité podría optar por no elevar todavía la tasa de interés si considera que este comportamiento de la inflación puede prolongarse por la apreciación del dólar y la caída en el precio de las materias primas.
El viernes 4 de septiembre se conoció el dato revisado del ingreso promedio por hora de los trabajadores en EU correspondiente al mes de julio, de 25.01 dólares por hora (dph), esto es, 7 centavos más respecto al de junio. El correspondiente a agosto fue de 25.09 dph, lo que si bien confirma que el alza de los costos laborales permanece moderada, también muestra un ritmo anual de alza superior al 3 por ciento, lo que reduce el margen del Comité para mantener sin cambio la tasa de interés.
Finalmente, ese mismo viernes se publicó la tasa de desempleo en agosto (5.1 por ciento), después de ubicarse en 5.3 por ciento en junio y julio. Esta cifra muestra que la economía estadounidense se acerca cada vez más al pleno empleo, por lo que sería un factor para que comience en este mes el alza en la tasa de interés objetivo del Fed.
Como puede observarse, las señales son mixtas, unas apuntando al alza y otras a su posposición. Considero, sin embargo, que aun cuando no se recupere la calma en los mercados financieros, el Fed debería subir la tasa de los fondos federales en un cuarto de punto porcentual este mes, si no por otra razón, por el hecho de que necesita mandar el mensaje que la política monetaria no tiene como objetivo apuntalar dichos mercados.
De ocurrir así, sería la única alza del año y se insistiría que el regreso a la "normalidad" será lento, así como que seguirán por algún tiempo las tasas bajas, esto es, menores a las que el Fed considera como normales de largo plazo (alrededor de 3.5 por ciento). En cambio, si posponen el alza, el tema volverá a ser relevante el mes próximo.