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Sentimientos encontrados

FEDERICO REYES HEROLES

A la memoria de Gunther Scharrer, hombre de trabajo, amigo.

Camino por los pasillos de Filosofía Y Letras, el sencillo cartel se me viene encima: Anula tu voto. Me dio tristeza el giro de la vida política en nuestro país. Entendí, aunque no justifiqué, hay hartazgo. ¿Cómo llegamos a esto?

Un candidato hizo campaña en un Batimóvil, invocar a Batman, su mejor idea. Otro decidió contratar dobles, es decir personas que tuvieran semejanza física con él, para así poder cubrir varios frentes a la vez. Y las ideas, las propuestas, cómo difundirlas, cómo clonarlas en la mente de los dobles, acaso con una grabación como la de los tamales oaxaqueños. No queda claro para qué sirvió el infinito bombardeo de spots. Personajes sin la menor idea de la cosa pública tendrán en sus manos responsabilidades administrativas o la elaboración de las leyes que nos rigen.

El cinismo del Partido Verde frente a las multas del INE nos habla de un incentivo perverso: múltame que de todas formas salgo ganando. Cinismo de una campaña presidencial adelantada del hombre que se ostenta como dueño de un partido: AMLO. Cinismo de un político, Ebrard, que condujo la Jefatura de Gobierno de la capital de la República y que no tuvo empacho en imaginar la marometa de un "Juanito" para poder llegar a una curul y obtener fuero frente al desastre de la Línea 12 del Metro. Quien fuera serio aspirante a la candidatura presidencial de la izquierda actuó como un prófugo. La propuesta del senador Zoe Robledo #FueraElFuero pone en la mira una figura que ha atizado la indignidad de la vida política.

El Informe de la calidad de la ciudadanía del INE y el Colmex retrata ese hartazgo. Y, a pesar de todo, el 7 junio México avanzó en la construcción de su democracia. La edad promedio de los mexicanos es 26, la misma que el IFE/INE. Pero hace un cuarto de siglo los retos eran otros, se buscaba garantizar que el voto se contara y contara, que las elecciones fueran limpias, lo obvio. En el 2015 esa ya no es la discusión. Capacitar a los funcionarios de casilla, que en 2012 rebasaron el millón y que son cimiento de la elección, es algo que hoy damos por un hecho. También que los partidos tengan suficientes representantes en las casillas para así garantizar la vigilancia cruzada. Los observadores que fueron una necesidad, hoy son simbólicos. El chantaje y las amenazas se mostraron como un tigre de papel frente a un poderoso andamiaje ciudadano e institucional. El 48 % de participación, a pesar del hartazgo, es muestra del potencial ciudadano que también está allí. Sin embargo, son los jóvenes quines muestran el mayor desencanto.

La construcción de ese andamiaje electoral llevó mucho tiempo, requirió de varias reformas constitucionales y de leyes secundarias. Detrás de la transformación sucesiva del IFE/INE hay un larguísimo debate nacional y mucho dinero. Pero el desánimo merodea. Un aparato sólido, el INE, con nuevas responsabilidades, pero una clase política que da vergüenza. Desfile de riquezas ocultas e insultantes que parten del supuesto de la idiotez del ciudadano. Esposas riquísimas, sin ingresos, como lo documentó Excélsior. Qué les dice todo esto a los jóvenes, muy sencillo, que el servicio público implica penetrar las cloacas de la sociedad mexicana.

El enojo está ahí y es válido, entendible, justificado. Un PRI incapaz de relevar a una gerontocracia que evoca la etapa autoritaria. Pleitos al interior del PAN, como si ese partido fuera patrimonio de familias, Capuletos y Montescos del siglo XXI. Y qué decir de quienes quieren para México una alternativa de izquierda, en 2015 recibieron el balde de agua fría por la división: dos fuerzas, que se devoran la una a la otra, que ahora están muy lejos de la segunda y primera fuerzas nacionales. Eso tan sólo nueve años después de casi conquistar la presidencia. ¿Anular el voto? No todos los partidos son iguales, no todos los candidatos son iguales. Pero los sinvergüenza son muchos. Por respeto al aparato institucional y a la ciudadanía que le da vida, el voto razonado es nuestra mejor opción.

Sentimientos encontrados: bien por el avance en una política de equidad de genero; mal por las múltiples denuncias ante el INE y la Fepade; bien por la competencia muy cerrada que retrata un México en que cada voto pesa; mal por la vacuidad de las campañas; bien por las candidaturas independientes; mal por los partidos con dueño: Morena y Movimiento Ciudadano; bien por Candidato Transparente; mal por la multiplicación de los saltimbanquis; bien por la desaparición de partidos membrete; mal, muy mal, por la muerte de 21 mexicanos involucrados en el proceso. Extraño sabor de boca: avances innegables y degradaciones, también innegables.

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