Diversión. En los diferentes talleres que han ofrecido, los pequeños se divierten a la vez que van aprendiendo de diversos temas. (Cortesía)
El amor por su profesión va más allá de las cuatro paredes de una tradicional aula de clases. Carmela y Mary Tere son maestras de preescolar, quienes en su afán de promover el hábito de la lectura, han "sacrificado" parte de su hogar para convertirlo en un espacio de estudio, pero de una forma divertida para los pequeños.
Sus alumnos van desde los cuatro a los ocho años de edad, en quienes ha despertado ese gusto por la lectura, literatura, por la investigación y un poco más, a pesar de su corta edad.
Cuentan que fue en junio del año pasado, que nació esa inquietud, de "sembrar esa semilla", en los menores que es el hábito de la lectura.
"Empezamos con este proyecto que teníamos nosotros pensando en taller de literatura y de cultura general precisamente para los pequeños. Queremos dejar la semilla de la lectura, que el niño desde chiquito aprenda a tenerle el hábito de una lectura, el amor a la lectura, pero también a comprender lo qué lee, enamorarse de lo qué lee", comenta Mary Tere.
Y es que comenta que en su experiencia, han notado que los niños conforme van creciendo, batallan más para comprender lo que están leyendo, para poder interpretar esa lectura, "entonces lo que nosotras hacemos es de darles una lectura de literatura general y de ahí 'aterrizarlos' por medio de actividades, de manualidades por medio de pinturas, dibujos, mapas mentales, líneas de tiempo, dependiendo de la edad de cada niño".
Por ejemplo, en el caso de los pequeños, trabajan más en el área manual, con el área de tocar, de sentir, de pensar, manejando un pensamiento crítico. "Le preguntamos a los niños si tu fueras el personaje qué hubieras hecho o si tu en el cuento te hubieras perdido, qué hubieras hecho, el área creativa, para los niños que logran escribir nosotros lo que es la parte de la literatura y luego ellos lo 'aterrizan' escribiendo cuentos", explica Carmela, hermana y compañera en este proyecto de Mary Tere.
Han notado felicidad, emoción y las ganas de seguir aprendiendo de una manera divertida. Y es que cada mes, la temática es diferente. Algunos de los temas que se han abordado son: Literatura aplicada a la lecto-escritura, Desarrollo de habilidades del pensamiento, Matemáticas aplicadas al juego, personajes de la historia, entre otros más.
Carmela, explica que en el área académica, un niño que va creciendo con ese conocimiento, se refleja en sus clases de historia y ciencias sociales, "es un niño que puede tener mucha participación".
Pero no sólo los pequeños se benefician, sino también los papás, ya que se ven involucrados en los diferentes talleres en los que participan sus pequeños.
A los papás los involucramos para que empiecen a leer para que el niño siga con esa cultura".
La meta de Mary Tere y Carmela, a corto plazo en cada taller es que el niño salga queriendo transmitir todo lo que aprendió en su casa. "Si se va sembrando una semilla y si tenemos mucha fe de que los niños que recibimos vayan creciendo con el hábito de la lectura y sabiendo comprender y analizar lo que lee, que es lo que ahora vemos en los adolescentes si se se les dificulta".
