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Sin transparencia es imposible la rendición de cuentas

JESÚS CANTÚ

El pasado miércoles el pleno del Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI) decidió, por cuatro votos a favor y tres en contra, que las bitácoras de vuelo de las naves de la Comisión Nacional del Agua son información reservada, por lo cual el público no puede acceder a ellas y verificar que efectivamente se utilizaron para tareas institucionales y no para usos personales, como el que dio lugar a la renuncia del anterior director David Korenfeld Federman.

El asunto puede parecer menor, intrascendente y anecdótico, de no ser porque es tan sólo una muestra evidente y palpable de la captura, falta de autonomía y sometimiento a las órdenes emitidas desde Los Pinos del órgano de gobierno del organismo que debiera ser el garante de la transparencia en el país.

El presidente Enrique Peña Nieto, su gabinete, el presidente de su partido y los integrantes de los grupos parlamentarios tricolores seguirán festinando y promoviendo las reformas en materias de transparencia y combate a la corrupción, pues están seguros que éstas únicamente sirven para mejorar su imagen y engañar incautos, ya que se aseguraron el control de los órganos para convertirlas en totalmente inocuas.

El domingo 2 de marzo del 2014, cuando apenas se le había otorgado la autonomía constitucional al todavía IFAI, escribí en este mismo espacio que: "La opción de los organismos autónomos surge fundamentalmente en ciertos ámbitos de la vida pública, donde se requiere de criterios fundamentalmente técnicos y que deben alejarse de las presiones, vaivenes y ciclos de la vida política, para convertirse en contrapesos y evitar los abusos de autoridad, excesos o atropellos de los poderes constitucionales y los actores políticos. Por lo mismo, deben ser totalmente independientes de los tres poderes tradicionales (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), pero también de los entes regulados".

Pero alertaba: "El gran problema de los organismos autónomos en México es la captura de sus órganos de gobierno por los regulados, con lo cual pierden su esencia y, por ende, dejan de cumplir su cometido; basta revisar la biografía de los integrantes de las entidades autónomas para encontrar evidencias de esta captura".

Cuando finalmente se designó a los 7 integrantes del órgano de gobierno, señalé en la revista Proceso: "El resultado es un órgano de gobierno del organismo garante cómodo, manejable y tolerable para los gobiernos y partidos; consolida la captura de los organismos autónomos por parte de las entidades reguladas; confirma la involución hacia el autoritarismo…".

Y la mayoría de los comisionados, los 4 para ser precisos que desde el inicio fueron señalados como los más afines al régimen (Ximena Puente, Rosendoeygueni Monterrey Chepoy, Patricia Kurczyn y Francisco Javier Acuña), en poco más de un año, ya han dado cuenta de su lealtad, pues en los casos controvertidos siempre imponen su mayoría y sacan adelante la opción conveniente para el gobierno de Peña Nieto.

Basten dos botones de muestra: en agosto del año pasado, a escasos tres meses de haber asumido sus responsabilidades, éstos 4 comisionados rechazaron la posibilidad de interponer una acción de inconstitucionalidad en contra de las disposiciones de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión que obligan a los concesionarios a colaborar con las "instancias de seguridad y procuración de justicia" para "la localización geográfica, en tiempo real, de los equipos de comunicación móvil", así como la entrega de metadatos y demás información que les soliciten, lo cual claramente vulnera la garantía constitucional de mantener el servicio de telecomunicaciones "sin injerencias arbitrarias" y la privacidad de los particulares.

Y, ahora 11 meses después, los mismos 4 comisionados imponen su mayoría para proteger los eventuales abusos e ilegalidades de David Korenfeld, el amigo de Peña Nieto que tuvo que ser cesado, porque un vecino del entonces titular de Conagua denunció, vía las redes sociales, que Korenfeld utilizaba el helicóptero de la dependencia como transporte particular para trasladarse, él y su familia, de su casa al aeropuerto capitalino, para desde allí partir a disfrutar de unas vacaciones en Vail, Colorado.

El hecho y el cinismo con el que el funcionario respondió sobre el abuso, así como las denuncias (sin imágenes como sí pudo ser en esa ocasión) de los vecinos de que no era la primera vez que utilizaba el helicóptero para fines particulares, sembraban una duda razonable de que puede haber más abusos y, por ello, es importante conocer las bitácoras de vuelo de las aeronaves asignadas a la Conagua. Sin embargo, estos 4 comisionados decidieron el pasado miércoles 8 de julio, que se trataba de información reservada porque al entregarlas se "revelaría las instalaciones estratégicas relacionadas con los recursos hidráulicos del país".

Lamentablemente la hipótesis no podrá comprobarse o rechazarse (al menos por el momento, pues el particular si puede recurrir al amparo del Poder Judicial para revertir la resolución del INAI), porque los 4 comisionados cumplieron con su misión de proteger al amigo del presidente y evitar que nuevos escándalos de conflictos de interés, desvío de recursos, corrupción y abusos de autoridad afecten la ya muy deteriorada imagen del presidente y su gabinete.

El caso también es una muestra palpable de la inocuidad de la llamada reforma anticorrupción, por la construcción de un diseño institucional que finalmente le asegura al grupo en el poder su impunidad absoluta, pues sin acceso a la información no puede haber rendición de cuentas y, por lo mismo, es imposible sancionar penal, administrativa o económicamente a los malos funcionarios sin la anuencia presidencial.

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